La de los largos pies.



Ella es rubia
de la raíz a la punta
y tiene
los ojos azules.

Tiene los dos ojos
azules como el mar
cuando se porta bien y se ocupa
de lo que se debe ocupar, reflejar
tranquilamente el cielo;
cuando el mar no está alterado por el viento
ni por la lluvia, cuando el cielo no se altera
por el mar evaporado.

Y el pelo lo tiene rubio
como el trigo,
como el oro.
Y como el trigo y el oro, con ella
podría fabricarse un pan.

Ella es rubia de la raíz
a la punta,
por eso no tiene la culpa de ser rubia.

Ella tiene los ojos, los dos,
tan azules que resultan admirables
y tampoco tiene culpa, porque
humildemente,
los usa
para mirar.

Ella mira con sus ojos admirables
cuando el único objetivo
digno de su mirada
sería un espejo imparcial.

Pero ella tiene una culpa
y lo sabe.
Tiene culpa de saber y se disculpa.
Se disculpa por ser rubia,
por tener esos ojazos
y aun así ansiar la escucha de sus versos
como ansía cualquier feo que le escuchen
ya que nadie quiere verlo.


Yo me pregunto por qué
tiene ella la necesidad de disculparse
atestadas como están
de feos las universidades,
atestados los gimnasios
de tantos feos que parecen entrenarse para ello.

Narices inverosímiles,
calvicies irregulares,
panzas de Leviatán,
espinillas, granos, manchas...
sin complejos,
pululando por las calles,
irrumpiendo en probadores
a probarse ropa cara,
ralentizando la marcha de cada peluquería,
deshonrando la fragancia de cada perfumería,
abarrotando
de caretos
los espejos.

Escribe.
No pidas perdón a nadie.
Yo te leo.
Beatriz Largospies, la Rubia,
la de ojos admirables.

8 comentarios:

  1. Cosa guapa la rubia. Y tu poema.

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  2. y yo os leo a los dos, bueno incluyendo a Delia a los tres ;) y me encantáis sin perdones tal cual

    besicos por mil

    ps el poema wow

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  3. La Rubia, la de los largos pies, la de la fuerza en las piernas en los brazos en la voz...es una mujer de muchas cosas, una mujer-maravilla

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  4. No volveré hablarte, porque cualquier palabra la conviertes en poesía. Eres tan idiota que eres poeta.

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  5. Cuántos descubrimientos esta noche. Y poemas muy profundos, pero de todos me quedo con el tuyo, cuánto me he reído.
    En realidad me parece bastante profundo.
    Espero poder comentarlo contigo.
    Besos,
    María

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  6. Pablo! A mí ya me ha merecido la pena vivir. Fíjate tú lo que has conseguido!

    Asumo con humildad las risas de esta noche en los Diablos. Me las tengo, por supuesto, totalmente merecidas, si es verdad que te dije semejantes tonterías sobre pelos y ojos.
    Aunque eso sí, prepárate para la revancha, me aplico. Beso.

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  7. Esa revancha quiero verla yo. El otro día me daban escalofríos, sólo de pensarlo.

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