Tú. Yo. Ya.



Tú eres mi silla sin respaldo,
mi taza de desayuno sin una sola asa.
Eres mi suelo de arena movediza,
mi puente hacia la nada
levadizo.
El origen invisible de mis actos ulteriores.
Y todo el universo es nuestra casa.

Y yo tan solo soy la consecuencia de tu imagen reflejada
en un espejo oculto entre tinieblas.
Y yo tan solo el aire turbulento entre tus faldas,
el ojo atento a todo eso que no pasa. Y todo el universo
es nuestra casa.

Y todo el universo excepto yo tú eres
y yo soy solo ya de mí
excepto tuyo.

Y todo el universo, tú y yo, es nuestra casa.

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