Tú no lo entiendes, pero soy una
piedra.
Y no soy un metal ni una arcilla ni un
mineral,
soy un cristal. Una piedra militar.
Entre mis átomos no pasa ni el tiempo.
Mis electrones precisan andador.
No se lo doy. Soy inasequible al
desaliento.
Digo frases estancadas en el viento.
No es mi naturaleza doler.
Estoy superquieto.
Yo no me he movido nunca.
No pienso. Estoy sin conocimiento.
Soy un cristal a siete kilómetros del
suelo.
Aquí no hay sistema solar.
Nuestro dios es el silencio.
Los terremotos son individuales.
Son un mero movimiento, no tienen
sustancia, no ocurren.
Hay un cosquilleo gigantescamente tenue
de gluones a modo de ruido blanco.
La nada.
El intersticio.
El caos.
Tú no lo entiendes, pero soy una
piedra.
¡Eh!
¡Escucha lo que te digo!