Llegar a la mesta cuesta







Toda esta creatividad tuya

traspásala al folio,

que no se diga, habla, mamón,

que vibre el aire.


Tienes que estar ahí, escribiendo,

leyendo a escondidas lo de los demás,

tienes que estar amasando las páginas de tu diario

con la barriga sudada, como si hicieras pan

como si repartieras hostias consagradas

tienes que hacértelo mirar, mamón.


Háztelo mirar, llévaselo a un corrector,

que te miren lo lejos que llegan los versos

para una imprenta oxidada,

que te miren la gramática y la hagan lenta

que te miren también los semáforos que te saltas

mamón, te mereces que te lo miren todo por dejarles mirar nada.


Pero luego bien que corrijes tú a los otros,

bien que alardeas de tu sabiduría.

Como si hubieras vivido mil vidas como la mía,

como si mi vida mi minivida fuera,

¡fuera, mamón, con tus chorradas!

escribe o no escribas, lee mucho,

no critiques nada.


¿Qué pendulo quieres mover cuando criticas a otro por escribir mal?


¿Tan mal escribes tú que te viene grande el nivel?


Si flotas, bien,

si te sumerges, mejor,

si vuelas,

mamón,


¡vuela amigo, vuela alto,

no seas gaviota en el mar!

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