Supervivencia.



Gel,
miel.
Pan.
Tomates,
algo de carne.
Patatas hay.
Una docena de huevos.
Aceite, arroz.
Yogures, melocotones,
galletas de cualquier clase.
Cereales.
Leche hay,
azúcar hay.
Chocolate.
Una cebolla,
unos ajos,
pimiento,
calabacín.
Una lechuga pequeña.
Una lata de fabada
o de callos
por si acaso.
Pasta...
cerveza...

se me olvida algo.

La vuelta al cole.




He estado derrochando gotas de sudor al sol,
en la playa,
y lágrimas cerca de las barras de los bares.
He sentido que el tiempo había pasado como un río subterráneo.
La luz del verano se ha vuelto estroboscópica
y ahora el otoño llega con la lluvia y con las hojas de los árboles
enseñándome a caer menos deprisa.
Como el paracaídas consuela a un abatido aviador
que vuelve a la infantería.

Te llamas Sara.


a S. P. G.



Bajo el agua, en silencio, dormías, Sara,
en un universo sin noción de lo grande y lo pequeño.
A salvo de la luz y con los párpados aún cerrados,
oyendo sin saberlo un corazón,
desde el momento mismo en que tus oídos se formaron.
Y a tu alrededor tu madre, Sara, y tu padre,
entre las batas blancas de los médicos.
Y un miedo como tú, creciendo,
como para los hombres crece el tiempo desde que nacen
hasta que mueren,
pero ese tiempo del miedo era una cuenta atrás
hasta tu nacimiento.
Y simultáneamente corría hacia delante
y crecía como el tiempo de tus padres,
que estaban ya fuera del agua,
entre las batas blancas, con sus párpados abiertos
de par en par.
Te llamas Sara, pero podrías llamarte Esperanza.
No tienes que comprenderlo.
Vive y danos sabor al aire,
sabor al agua, sabor a la luz del Sol.
No tienes que comprenderlo. Vive.
Te llamas Sara,
pero podrías llamarte Esperanza.

Pluma periodista.


Si me pagaran por escribir versos sobre Cristiano Ronaldo
los escribiría encantado.
Porque es como Amadís de Gaula,
como el Cid,
como Tirante el Blanco.
Paladín de los maricas
y de las adolescentes;
el héroe de los macarras,
de los forofos del fútbol,
de las jóvenes promesas;
de portugueses
y portuguesas.

Si me pagaran por escribir
en su favor...
¡ay! si
me pagaran.
Escribiría los versos más bonitos
esa noche.

Lo haría encantado.

Loaría su sonrisa,
su estilismo, su calzado.
Hasta su bisutería.
Y lo defendería frente a sus adversarios.

¿Quién es Kakà?
La misma palabra lo dice,
su vulgar antagonista,
su colonia de ultramar
evangelista.
Cuando Cristiano Ronaldo
se ve empujado a probar su santidad,
la pone a prueba en un bar.
Y si alguna vez no la prueba
es que es humano.
No es difícil no gastar,
lo difícil es ahorrar
siendo un hortera
millonario.

Y Raúl, no es más que un simple futbolista.

¡Ay!, si me pagaran
yo sería su cronista.

Pero no me pagan nada
porque hay muchos voluntarios,
mucha pluma periodista.

La poesía no es la solución...


La poesía no es la solución,
la droga no es la solución,
la muerte no es la solución.
La solución no es la solución.

Una censura llamada amor.


Todo el mundo parece tener novia en el verano
menos yo.

Camino como un turista ávido
de ojos y de labios, y de pechos
y de vientres femeninos;

voy, calle arriba, calle abajo,
de monumento en monumento.

No es solo la lujuria, ni el calor,
ni la moda de lucir marmóreos muslos.
Es más la búsqueda de una respuesta a las eternas preguntas:
¿Qué tienen ellos? ¿Por qué yo no?

Y luego pienso en todo
lo que hay que hacer y que decir,
y en todo lo que no hay que hacer,
ni que decir, tampoco,
en lo que no hay siquiera que pensar,
o que dejar traslucir en la mirada.

Y pienso en que aún así,
no acabaría la lujuria ni el calor,
ni los marmóreos muslos,
comenzaría solamente una censura
llamada amor.

Y te imagino, a ti, poética, ideal,
pongamos de belleza irreprochable,
mirándome a los ojos ya en la noche,
y preguntándome en qué pienso,

a quién miraba,

si no te quiero...

Y tengo ganas de ser ciego a la belleza,
e insensible a la turgencia.
Pero no puedo.

Abro los ojos, me muerdo un labio
y solo sigo caminando.

diamante o párpado

Acaso  el preciosismo  en la poesía   dependa  de la joya en la mirada: si es un diamante o un párpado,  es decir, si multiplica u opaca. Te...