Comba...





Comba la bóveda
celeste, Selene,
hacia afuera,
amanece de una vez.
Quieta. Deja que yo,
previo a Copérnico, crea
en tu órbita en torno,
que sea paladar
más que lengua, que sea
de algo
único ejemplo.
Apiérname entre tus piernas.

Frotarme, arrancar. Aplacándose






Una lágrima en cada músculo,
en cada poro.
En cada roce la salinidad
de un mar
en mis dedos.
Frotarme unos ojos hasta sangrar
que están secos.
Arrancar la costra buscando las lágrimas.

Lágrimas
de cualquier color.

Amor coagulándome ante tus ojos,
sangre aplacándose.
Te convierto en estatua de sal.
Sed del Leteo,
que termina al primer sorbo.

Llévame,  distancia,
lejos. 

Oh Navidad, mi Navidad!




¡Oh Navidad, mi Navidad!
Terminó nuestro espantoso viaje
por el calendario
hemos salvado el final del verano,
los difuntos, el puente-acueducto
de la Constitución.
Ya llegas a nosotros, ya oigo las campanas
sobre campanas,
los peces en el río se emborrachan,
el pueblo acude ya gozoso al Corte Inglés
sin esperar a las
más lógicas
rebajas.

Mas oh, corazón, corazón, corazón,
Papá Noel no existe,
los reyes son los padres.

Oh, Navidad, levántate
y escucha las campanas
sobre campana,
los peces en el río,
levántate, es para ti el belén,
los villancicos, el abeto,
las luces por las calles,
son para ti las colas en doña Manolita
los huérfanos aclaran ya
su voz.
A ti te llama la masa móvil del Pueblo
a ti vuelve sus rostros anhelantes.
El Barça-Real Madrid queda muy lejos
y del Real Madrid-Barça no se acuerda ya nadie.

Oh, Navidad, oasis del año,
que aun seas descanso del trabajo,
pero no, no es más que un sueño,
Papá Noel no existe,
los reyes son los padres.

Yo ya no soy un niño,
el árbol me da alergia,
tengo que ir a comer el 25
con mi familia y el 31 ceno
con mis suegros.
La Navidad se ha muerto entre mis brazos
he visto tantas veces
"Qué bello es vivir"
que voy a vomitar.

Y mientras tanto los centros comerciales
están a reventar,
están a reventar los cines,
llenos de niños,
llenos de gilipollas haciendo cola
para una cocacola.
La música a tope, la luz
a todo trapo, los cajeros vacíos,
el cava derrochado.

Mas yo con pasos fúnebres
recorro la ciudad huyendo del desmadre
y grito, pero no escucha nadie:
¡Papá Noel no existe,
los reyes son los padres!

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