Entonces, ella le tiró un pepino.



 En el pub Diablos Azules celebran los miércoles una jam hermana de la de los martes de poesía, pero de relatos. El cuentista invitado, tras su actuación, da una frase que, quien lo desee, puede incluir en un relato escrito en un cuarto de hora. Pasado ese tiempo, aproximadamente, leerá el "cuento" en el escenario, pudiendo ganar, si es el favorito del escritor cabeza de cartel, una botella como la que preside este post. Munir nos propuso "Entonces ella le tiró un pepino" y a mí al final me dio la botella, cosa que le agradeceré cada vez que le vea, invitándole a un trago.


Después del rodaje, del estreno, de la promoción, parecía que aquello nunca iba a terminar. Ya que había llegado hasta ahí por su "particularidad", pensaba, aquello no tenía porqué acabarse. Y sí, a veces cogía el teléfono para llamar a sus antiguos amigos, pero lo destrozaba. Alguna vez trató de enviar un email a su hermana mayor, pero la pantalla táctil de su ipad no respondía. Así que tenía que seguir dejándose ver por las fiestas de la industria. Fiestas en las que cada vez menos gente le invitaba a tomar algo. Menos gente le saludaba. Menos gente le reconocía.

Y dejaron de reconocerle. Dejaron de saludarle. Dejaron de invitarle a tomar algo.

Dejaron de permitirle la entrada.

Volvió a la época anterior, solo que sus antiguos amigos habían muerto. Su hermana había contraído matrimonio. Con un notario.

Decidido a suicidarse se dirigió al puente de Segovia. Allí encontró a una chica sentada a horcajadas sobre la barandilla. Hablaron. La puesta de sol fue fotografiada por miles de turistas mientras ambos relataban cómo habían llegado hasta allí.

El abandono de Tim Burton, cuando sus manostijeras dejaron de ser rentables, en su caso.

La crisis de la bacteria e-coli, provocada por los aviesos alemanes, en el de ella.

Quiso dios que Milikito pasara en su limusina por el puente justo en ese momento y al verlos, como es su costumbre de cazatalentos, gritó por la ventanilla: ¡Oye, muyayoh! ¿Qué saben hacer?
Se miraron a los ojos.
Entonces, ella le tiró un pepino.

2 comentarios:

  1. After the shoot, the premiere, the promotion, it seemed that it was never going to end. Since he made it there thanks to his "originality", he thought, there was no reason for it to end. And yes, at times he’d pick up the telephone to call his old friends, but it disturbed him. At other times, he tried to email to his older sister, but the touch screen of his ipad did not seem to respond. So he had to abandon himself to the gatherings of the industry - the parties where less and less people bought him a drink. Less people greeted him. Less people recognized him.

    And then they stopped recognizing him altogether. They stopped greeting him. They stopped inviting him to for a drink.

    They stopped letting him in.

    He returned to a previous stage of his life, but the old trusted friends had died. His sister married off. To a notary.

    Determined to kill himself, he directed his steps to the bridge of Segovia. There he saw a girl sitting astride on the banister. They spoke. The position of the sun was photographed by thousands of tourists, while the two of them explained to one another what had brought them there.

    The betrayal of Tim Burton, when their Scissorhands stopped making a profit, in his case.

    The crisis of the bacteria e-coli, caused by the twisted Germans, -- in hers.

    Just then the gods sent Milikito driving by his limousine on the bridge and, upon seeing them, as is the custom of talent scouts, shouting out the window: “Listen muyayoh! What do they know?” They looked each other in the eyes. Then she gave him a pickle.

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  2. La imagen de los turistas. Vas y vienes en aquí y allá. No sabemos si estás loco o tirarte una hortaliza. Léna

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