Sigue, Navidad, año tras año,
nevando en los grandes almacenes.
En las pupilas de los niños que, éste también,
ven a Macaulay Culkin por la tele.
En los dibujos animados,
en los anuncios,
en el belén.
Tú sigue navidad, nevando en todas partes
menos aquí en mi calle,
donde yo duermo ahora a la intemperie.
Nieva si quieres en mi casa, dentro.
Ya nadie vive allí. Tú nieva.
Ya nadie paga las facturas de la calefacción
para que el vaho no empañe el villancico; nadie la luz,
para lograr intermitente brillo en el abeto.
Allí ya solo duermen sueños congelados,
allí puedes nevar como en mí nievas hace tiempo.
Pero si en mí ha de ser, no sea sobre mí -nosotros- pido.
Nieva, sigue nevando, Navidad,
sobre los techos de los que tienen aún hogar
y un clima cálido en el pecho.
Y déjame, déjanos, dormir calientes.
En la calle,
como regalos que los pajes de los Reyes
juzgaron mal envueltos.
sin palabras... bueno sí, quieres casarte conmigo? aunque Nieva?
ResponderEliminarqué gran remate esos tres últimos versos!
ResponderEliminarPor favor, ¿para cuándo el siguiente?? llevamos un mes a palo seco...
ResponderEliminar