Dentro del fruto está la semilla
y de la semilla el fruto.
Toda esa carne alrededor
también está dentro
toda esa piel, y el aire
y el universo entero de una vez
están dentro.
Dentro de la semilla hay
un universo próximo.
Si alguien pudiera, como quien acciona
un conmutador,
volver todo del revés,
sacar lo de dentro afuera,
meter todo lo de fuera dentro.
Si alguien pudiera,
como quien le da la vuelta
a un calcetín.
Le llamarían Dios, aunque su acción
no habría cambiado nada.
Todo está fuera y dentro,
tan próximo
que entre los dos extremos
solo hay tiempo.
Semillas y frutos.
ResponderEliminarPrecioso poema, Pablo
Me encanta
ResponderEliminarUn círculo sin principio ni fin. Me gusta.
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