Salchichón (schotis)



Salchichón,

contratista coreano de postín,

que empleó a unos comisionistas madrileños

-uno noble y un plebeyo,

el Medina y el Luceño-

para darnos mascarillas caducadas

y cobrar la millonada por vendernos

a la vil aristocracia y al COVID.


Salchichón,

que ocultaba su mirada bajo el ceño

y escapaba a las preguntas con empeño

de la prensa progresista y de los jueces

españoles que dudaban de que exista,

por si fuera mero invento del plebeyo

estafador comisionista.


Que se había comprado un carro

y otros dos ya había largado

y una finca y un barquito y unas joyas.

Pero vino Salchichón a desmentirlo,

de postín inversionista, y a ponernos en la mano

un chorizo coreano y unos huevos de tamaño:

“vaya huevos más toreros, Salchichón,

¿tú te crees que en Madrid somos gilís?”

Y responde Salchichón: ¡Sí!


Y se siente en el ambiente un gilipollas.

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