Mi auténtico trabajo
consiste (1) en visitar mis límites,
rasgar (2) puesto de puntillas
mi perfil con un plumín
en una hoja de papel
desde debajo.
(3) Escribir intermitentemente
mi silueta
y unir los puntos con la mirada de los demás.
Salir a pasear con una sonrisa para todo el mundo (4),
y no (5) gritar jamás.
Besar a todo aquel que me lo pida (6).
Repartir mis bienes (7) entre los que los necesitan de verdad.
Amar y ser amado
al menos (8) por una persona en todos los momentos.
(9) Dormir sin rechinar los dientes.
Pensar dos veces (10).
Diez mandamientos que se resumirían en dos:
No amar a nadie como si fuera Dios, y
no amar, como si fuera Dios, a nadie.