Poemas sobre el desamor
mezclados con poemas sobre los rostros de la gente que se queda dormida
en el metro,
mezclados con poemas sobre el paso del tiempo,
sobre las incipientes arrugas,
la caída del pelo,
sobre las varices,
el whisky,
poemas sobre los recuerdos, y sobre qué pasa con ellos
cuando son como quemaduras recientes,
poemas sobre la muerte
de los abuelos, de los padres,
sobre la soledad,
sobre el silencio,
sobre un niño que llora en el cuerpo de un hombre,
poemas sobre lo que pudo haber sido y no fue ni será,
sobre lo que es, pero de otra manera,
poemas sobre anatomía, sobre física,
sobre psicología,
sobre lingüística,
sobre el parpar de los patos,
sobre unos ojos verdes que han cerrado sus párpados,
sobre los ojos marrones que, aún antes, los cerraron,
sobre unos ojos azules,
sobre unos ojos a punto de llorar,
sobre la oscuridad que causan otros ojos
cerrados, en mi alma, sobre la poca luz que obtiene mi alma de mis ojos
abiertos
de par en par.
Sobre los labios que se echan de menos al hablar,
sobre el sonido del viento, la frescura de la brisa,
el latir del corazón,
la víscera vital que me riega de dolor,
sobre el
dolor de ser tu amigo otro latido...
poemas sobre otros poemas, sobre novelas,
sobre canciones, sobre palabras,
sobre letras metempsicóticas,
asesinas,
sobre gemidos, sobre miradas,
sobre besos, sobre caricias,
y sobre lágrimas.
Y todos los poemas diluidos en una lágrima,
y la lágrima evaporándose a la luz de una mirada
como si fuera simple agua,
aunque salada.