Pues cáete, desertor de mierda.
Quien quiera seguir que siga, quien no,
¡alopecia!
Alopecia I
La vida...
La vida es un moco,
pero poco a poco.
pero poco a poco.
El sabio.
"¡Desde mi posición de sabio os digo!" - dijo él -
y todos enmudecimos.
No ha vuelto a hablar
y entre el murmullo del viento vengo captando
tácitas conversaciones hace tiempo.
Sé, como él, que han contratado a un asesino.
y todos enmudecimos.
No ha vuelto a hablar
y entre el murmullo del viento vengo captando
tácitas conversaciones hace tiempo.
Sé, como él, que han contratado a un asesino.
El asesino.
Que no haya en mitad de la noche
un rincón donde esconderme
estando todo tan oscuro,
tan en silencio;
teniendo yo la visión adaptada
como la tengo a las tinieblas;
que no haya un rincón seguro
es llamativo.
El hecho de que nadie más que yo me encuentre es frustrante.
Y yo salgo cada amanecer
dando voces y saltando de mi madriguera,
pero los depredadores no me hacen ningún caso.
Me paso el día en la charca
esperando el zarpazo salvador en la espalda
y podría terminarse el agua.
Nunca he tenido sed,
ni miedo a la muerte,
pero sé que yo no soy de los que matan.
No hay espejos en la sabana,
pero si los hubiera y al reflejarme
apareciese un león sería burocracia
de los espejos,
espejismo.
Yo no soy de los que matan.
Ultracuerpos!!
Seres fosforescentes me rodean.
Se dirigen a mí como con miedo. Son,
no cabe duda,
de otro planeta.
Yo sí les temo de veras.
Emplean una extraña jerga,
portan pistolas, como vaqueros eléctricos.
Detentan inteligencia,
mantienen el culo prieto.
Largan consignas como cotorras,
Raros sintagmas compuestos
de palabras que no entiendo...
que menos comprenden ellos...
Sus ojos inexpresivos, de alienígena,
me observan fríos, el huésped no tiene vida,
los dientes mandan, la lengua manos arriba.
Su sugerencia es ridícula,
que les traspase mi alma,
que la insufle en una máquina.
Querrán controlar mi cuerpo.
Zombies azules...
No pienso hacerlo,
me guarda el espíritu de la cebada,
el de la malta, deus ex machina,
los de la uva, de la manzana...
vamos, vamos,
a comisaría,
marcianos,
hijosdeputa...
Se dirigen a mí como con miedo. Son,
no cabe duda,
de otro planeta.
Yo sí les temo de veras.
Emplean una extraña jerga,
portan pistolas, como vaqueros eléctricos.
Detentan inteligencia,
mantienen el culo prieto.
Largan consignas como cotorras,
Raros sintagmas compuestos
de palabras que no entiendo...
que menos comprenden ellos...
Sus ojos inexpresivos, de alienígena,
me observan fríos, el huésped no tiene vida,
los dientes mandan, la lengua manos arriba.
Su sugerencia es ridícula,
que les traspase mi alma,
que la insufle en una máquina.
Querrán controlar mi cuerpo.
Zombies azules...
No pienso hacerlo,
me guarda el espíritu de la cebada,
el de la malta, deus ex machina,
los de la uva, de la manzana...
vamos, vamos,
a comisaría,
marcianos,
hijosdeputa...
Cosmoagonía.
Bienaventurado el vacío, porque heredó la tierra, el mar, el aire, los animales, las personas. Porque al nacer de si todas las cosas, pasó a ser único, diferenciado. El vacío es lo que queda cuando los demás nos vamos. Bienaventurado por que no sufrió dando la vida a los demás ningún cambio, porque su existencia se confirma en cada hora ocupada, en cada lugar, porque es un dios magnánimo que no compite con nosotros. Nos deja estar, sabiendo que estamos gracias a él, gracias a que él no está. Es una idea si nosotros la pensamos, nada más que eso. Yo la pienso a cada momento más, no puedo aspirar más que a él, y en él se disolverá mi alma totalmente, en esa disolución infinita que es la muerte. Mientras tanto lo seguiré como un discípulo. Aprendiendo a no haber dicho cada vez que hablo, a no mirar a los ojos a la vida, a no esperar de las cosas que no me usurpen el sitio, de las personas comprensión, de los animales nada. Y un día se detendrá mi tiempo y quedaré anquilosado como un feto anfibio en el formol eterno y desapareceré de los libros, de los recuerdos. Seré vacío, pero el vacío no será yo. Estaré muerto por fin, como al principio, y se lo habré debido. silencio de dios... |
el itinerario de las moscas
Los que ansían vivir el presente me dan envidia. Se ve que no lo han vivido nunca. En realidad lo que querrían vivir sería el pasado reciente más despacio. Hasta eso es más divertido que este miércoles. En un miércoles así, morir sería un pasatiempo. Comprendo el itinerario de las moscas. He desmenuzado tanto el tiempo de este día, hora a hora, minuto a minuto, que si de repente se parase el segundero mi corazón fibrilaría. No lo quiero seguir desmenuzando, nos quedaríamos tan quietos como piedras aburridas, inanimados. Los que ansían vivir el presente me dan grima, con sus jueves, con sus viernes, con sus sábados. Desperdiciados. |
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
diamante o párpado
Acaso el preciosismo en la poesía dependa de la joya en la mirada: si es un diamante o un párpado, es decir, si multiplica u opaca. Te...
-
Entre tantas conjeturas, llaman la atención las que provocan emociones. Amor, tristeza, alegría, etc. Más que la luz que rebota por todas pa...
-
Por favor, si desea obtener poesía de este poema continúe leyendo. Continúe leyendo por este poema. Continúe leyendo por est...