Oh Navidad, mi Navidad!




¡Oh Navidad, mi Navidad!
Terminó nuestro espantoso viaje
por el calendario
hemos salvado el final del verano,
los difuntos, el puente-acueducto
de la Constitución.
Ya llegas a nosotros, ya oigo las campanas
sobre campanas,
los peces en el río se emborrachan,
el pueblo acude ya gozoso al Corte Inglés
sin esperar a las
más lógicas
rebajas.

Mas oh, corazón, corazón, corazón,
Papá Noel no existe,
los reyes son los padres.

Oh, Navidad, levántate
y escucha las campanas
sobre campana,
los peces en el río,
levántate, es para ti el belén,
los villancicos, el abeto,
las luces por las calles,
son para ti las colas en doña Manolita
los huérfanos aclaran ya
su voz.
A ti te llama la masa móvil del Pueblo
a ti vuelve sus rostros anhelantes.
El Barça-Real Madrid queda muy lejos
y del Real Madrid-Barça no se acuerda ya nadie.

Oh, Navidad, oasis del año,
que aun seas descanso del trabajo,
pero no, no es más que un sueño,
Papá Noel no existe,
los reyes son los padres.

Yo ya no soy un niño,
el árbol me da alergia,
tengo que ir a comer el 25
con mi familia y el 31 ceno
con mis suegros.
La Navidad se ha muerto entre mis brazos
he visto tantas veces
"Qué bello es vivir"
que voy a vomitar.

Y mientras tanto los centros comerciales
están a reventar,
están a reventar los cines,
llenos de niños,
llenos de gilipollas haciendo cola
para una cocacola.
La música a tope, la luz
a todo trapo, los cajeros vacíos,
el cava derrochado.

Mas yo con pasos fúnebres
recorro la ciudad huyendo del desmadre
y grito, pero no escucha nadie:
¡Papá Noel no existe,
los reyes son los padres!

Un instante cualquiera


Hay una mosca quieta.
Suspendida en el aire.
Sus ojos múltiples, sus alas extendidas,
como clavada con un alfiler a un instante.

La observo, exenta, desde los ángulos,
en un traveling de izquierda a derecha,
de arriba a abajo, entre
la luz que refleja el lado contrario.

Veo el reflejo en sus ojos de celda.

Sé, así, lo que ha visto antes 
de este momento:
el que lo cambia todo tanto que se hace eterno
y hay una mosca quieta en mitad del tiempo.

Bajo ella un hombre,
un cuchillo.
Hay sangre de una mujer por el suelo.
Hay una mujer muriendo rodeada de sangre
en el suelo, en una habitación normal
de cualquier ciudad.
El hombre la ha acuchillado,
la acuchilla,
en el pecho, el abdomen,
en el cuello.
Hay heridas en sus brazos,
cortes en sus dedos.
Tiene los ojos abiertos
y en este momento, durante esta pausa,
sus ojos dejan de ver a su asesino,
al resto  del mundo.

La mujer ha muerto.
Justo en este momento,
el que lo cambia todo tanto que se hace eterno,
y hay una mosca quieta en mitad del tiempo.

Ahora, antes de que continúe,
describiré otras cosas
apurando lo descriptible, lo quieto:
es verano, hace calor,
la habitación huele a tabaco,
sudor, alcohol,
humo de algo que se quema en la cocina.
Hay un televisor funcionando,
su imagen también parece detenida.
No lo está, continuará cuando se reanude el hilo
de lo que acontece, excepto la vida, parece claro,
de esta mujer ya ciega, ya inconsciente,
ya insensible. Ya muerta,
ya noticia tal vez, ya 
estadística.

Ya. 
A partir de este momento,
el que lo cambia todo tanto que se hace eterno
y hay una mosca quieta en mitad del tiempo.


Hay una mosca quieta en mitad del tiempo
como clavada a un instante con un alfiler.
Sus múltiples ojos lo han visto todo
sus alas extendidas en el aire
reanudarán ahora su zumbido.

Una mujer muerta bajo mil ojos.

Verano. La mosca sale.
Hay mil habitaciones en la ciudad,
miles de ventanas
abiertas.
Y alas que no se paran, que vuelan
por el olvido.

Te doy la mano






Te doy la mano
porque no podemos caminar entrelazados,
porque el mundo no espera por nosotros dos;
porque mitades de naranja de verdad
no siempre hacen una esfera,
porque en realidad no todo rueda.
Metáfora de abrazo, fractal de torsos y de piernas
te doy la mano porque no soporto el frío galáctico
de la distancia a ti, porque prefiero un dedo tuyo
a todas las estrellas.
Tu mano a cualquier luz.
Tu calor átomo a fes y ciencias.
Porque mi línea recta es la línea de tu huella dactilar.

El burro delante





Soy un burro.
Yo.
El burro delante de tú.
Pero detrás soy aquel que más
te amará. Aquel
que te ama mejor.
Para quien tú
estás.
Yo soy tú
más que tú.
Y a veces huyo hacia adelante
sobrepasándote.
Vuelvo a ser un burro
coceo futuro y pasado
humanos, hago
como si no fuera yo.
Tú lo sabes.
Un burro delante, no yo.

Yo
no quería pegarte
aquel grito,
yo no quería empujarte.
Puñetazo, violación,
puñetazo.
Yo no te estrangulo,
no te mato.

Te quiero tanto delante
de ti,
te amo tanto
delante, tanto
te mato…

Me arrepiento tanto
de ti,
de que tú…
Tú. Te odio tanto
cuando te tratas así…
tú eres yo.
soy yo.
No quiero oír otro tú
cuando no estaba yo.
arribando ya a él.
¿Quién fue él?
¿Qué él es?
Yo te mato aquí y allí
él
muere.
Yo soy tu único él.
Te amo tanto,
mato tanto,
tanto yo,
delante,
espanto.

Si natural






Doce notas se reparten todo el mundo,
lo enjaulan al comprobar que Pitágoras
fue un falso profeta del número.

Y el número cuenta.

Do, do sostenido, re…
mi bemol,
y así etcétera.

Teclas negras, teclas blancas,
no hay otra libertad más que ésa.
Farsa platónica,
pentatónica apariencia.

Fa,
sol…

Zanahoria digital, temperamento
al que todo le da igual.

Yo quiero tocar de oído el violonchelo,
yo quiero tocar la flauta,
yo quiero escuchar mi infancia de fondo
como un violín chirriando.
Quiero aún
desafinar
de cuando en cuando.

La...

No me tomo al Hertzio tan en serio
que le hago echar la cuenta de cuatrocientos cuarenta,
me parece que al hablar es escuchar el mejor razonamiento.

Pero el piano...
teclas tan blancas o negras...

Mala hierba

El poeta es un plantador de árboles furtivo
Olbap Anitroc


Creí que besarse en la calle era bueno.
Creí que decir lo que pienso,
que mirar a los ojos, escuchar la verdad,
respetar a los otros, llorar,
yo creí
que era bueno.

Nunca en mi infancia oí hablar de dinero.

Por eso de noche
me arrastro hasta un claro del bosque y en él
planto árboles tercos,
y los leñadores
al alba no pueden creer lo deprisa que crece
un poema.

diamante o párpado

Acaso  el preciosismo  en la poesía   dependa  de la joya en la mirada: si es un diamante o un párpado,  es decir, si multiplica u opaca. Te...