tos tras tos,
el público modera el silencio.
Un acorde
tos!
un caramelo
tos!
tos!
un solo de
tos!
violoncello.
El aire del auditorio
vibra
de ondas estos!cionarias
repleto.
Un silencio...
Aplausos, estertores de butaca, pedos.
Cuchicheos...
Como en Viena, el director
dirige a los japoneses:
"plas, plas,"
ahora no,
"plas, plas,"
ahora sí,
el uno de cada enero,
quizá la costumbre debería extenderse
por todo el mundo entero.
Las orquestas tocan solas,
se demandan Tos!caninis.
Ya me he reido un rato. Gracias.
ResponderEliminarComo va todo? Ya te has mudado?
Abrazo, nos vemos pronto.