Bajo la lámina blanca de mi encimera
hay cientos de huevos de cucarachas,
no me lo niegues
aunque los veas.
No me lo niegues.
Bajo el desagüe
en los huecos de agua caliente incluso en invierno
tienen su hogar las ratas.
A veces, inexperta, alguna sale muerta del grifo.
Sé que lo sabes, pero callas
porque lo has visto.
Sé que lo sabes.
Hay miles de arañas detrás de mis ojos
tejiendo un telón de blanca muerte,
y tú, hijo, aún sigues diciéndome
que todo irá bien.
Hijo.
Veo tus lágrimas, no sé
justo ahora
olvidarlas.
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ResponderEliminarsomos así negamos lo evidente y pintamos una sonrisa mientras todo muere
ResponderEliminarA veces la muerte no la vemos ni con pistas...
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