Wo aber Gefahr ist,
wächst
Das Rettende auch
Pero donde
hay peligro
también
aumenta lo salvador*
F.
Hölderlin
Fue noviembre y los indicios comenzaron
a agruparse
Y encontramos un rastro que seguir y
era tan vívido
Que solo podía ser cambio de ángulo
Lo mismo desde otra perspectiva
Y fueron llegando las noticias primero
como obuses huérfanos de ruido
Y ya no nos gustaba nada de lo que nos
había gustado
Dejábamos la noche y la bebida a
cambio del discurrir tranquilo de los días
Dejábamos el juego y postergábamos a
los innúbiles amigos
Dejábamos la vida a cambio de su
reflejo en el lenguaje
Y la presencia la dábamos por bien
amortizada a cambio del concepto
Y el porvenir de lo pasado comenzó a
clamar por la restitución de su categoría
Fue un día de noviembre
Cesaron para siempre las tradiciones
mínimas
Y la heterogeneidad del tiempo hizo
surgir otra materia cruel en el seno de aquél más homogéneo
(a Daniel García)
La muerte nos golpea en la nuca como
puerta solo de salida
Y estuvimos afuera antes aún de
comprender de qué era el palio que había fingido guarecernos
Esas cabezas laureadas de sonido y
alborada mullidas en la brisa y en la espuma de las olas
Lanzadas al tumulto como agua
cristalina hacia la roca
Que comprendían la lluvia y la sequía
mientras se asían a la circunvolución del mundo
Esa divina estirpe que lo recuerda todo
que lo comprende todo que todo lo interpreta
Que toma su inmortalidad como un objeto
permanente y no como un estado pasajero en una vida
Pero que pierde a uno y entra en todos
el peligro del cese de la vida
Como en Troya
Como si del peligro se extrajera una
victoria
Y hay junto a nosotros una tumba
Una madre que llora al fondo de una
sala
Y hermanos narradores de tragedias como
Apolos que trazan diferencias
Mantuvo la consciencia -cantan- hasta
su límite
no quiso circos
Y hacen que comprendas
Que mastiques
Que solo fue por eso por lo que no le
viste
No respondió al teléfono ni tan
siquiera al whatsapp
Y puso un cerco a su agonía y a su
desmembramiento en quimios y quirófanos
Respiras
Y saboreas el aire como en tu
nacimiento
Y sientes el oxígeno arder en cada
glóbulo
Y sabes que tu llama se alimenta de una
parte microscópica del mundo
Que eres quien serás
Que solo quemas tiempo
Y dices siempre como si negociar
con las palabras te hiciera dueño de ellas
Y notas al pronunciar esas dos sílabas
cómo exceden tu existencia
Cómo no hay siempre nunca más
Y tu conciencia te parece que despierta
aún embriagada al traspasar su centro
El bronce de la espada de Odiseo
El sagaz
Hombres de Troya
Mortales todos
Aquellos que aún no han muerto
En cada sobremesa una palabra impone un
fondo y ya no se hacen bromas sobre ello
Y solo estamos en enero y cada sutil
molestia la empleamos para señalizar nuestros acabamientos
Y hasta el aliento nos parece un
mensajero del empecinamiento necesario para hurtarle un soplo al
viento
Y de lo lógico y lo fácil y de lo
natural que es dejarse ir y devolverlo a su lugar
Que no es el nuestro
De todos mis hermanos solo conservo en
la retina el rostro de los que ya han partido
Cierro los párpados y veo perenne en
el cristal que separaba a la muerte putrefacta
De la putrefacción llamada vida
Una fotografía
Y veo una caja en la que habían
ocultado a nuestra vista tu desecho
A lo que ya nadie podía llamar amor
Ni amigo ni enemigo
Ni hermano ni padre ni hijo
Mirabas a la cámara y bebías de una
jarra de cerveza
Y aquel último brindis aún espera la
respuesta que no queremos darte y te debemos
Y cada vez que sin estar tú volvemos a
brindar
Tu imagen indeleble nos hace
vulnerables
La vida se cobra su sentido cada noche
Nos hace simular nuestra partida
La vida nos acerca al destino que
marcaste con tu rumbo
Y tú que lo exploraste te libraste de
saber a dónde conducía
Qué es sino esto la conciencia
Ahora que asistimos impertérritos al
fin de las casualidades
Una mosca o una mariposa
Que viven apenas unos días y en esos
acaparan el sentido de sus vidas
Una célula un latido una galaxia
Qué son sino trayectos
El inmortal se ocupa en camuflarse
entre las vidas de las cosas
Incluso las longevas
La secuoya el planeta o la estrella
recorren su camino entre su origen y su último estallido
El sol eterno no lo es allende nuestros
límites
Los cúmulos galácticos todo el vacío
del cosmos
Estrictas aberturas de sentido en una
nada que se escapa del concepto
Somos esclavos de nuestra idea del
tiempo y el tiempo sin nosotros no tiene contenido
Es solo una espera que desdeña la
esperanza
Futuro es aquello que no llega después
de nuestra marcha
Y nuestro nacimiento
La mera turbulencia del origen
De un desleimiento
Ah muerte
Inexistente prueba del yo y del
nosotros
Ah dolor
Inabarcable superficie de contacto
Nos sentimos a salvo en nuestra idea de
orden hasta que el orden muestra que solo era idea
Entonces el peligro se revela y nos
eclipsa y es el molde de ilusorias salvaguardas
Wo aber Gefahr ist, wächst
Das Rettende auch
Y qué poco consuela en el ordo mortal
el verso de los dioses
Constructo de silencio y aún mayor que
nuestra vida entera pues no somos eternos
Somos poetas nada más incluso el más
prosaico de nosotros
Somos poesía o ya no somos nada
Indecidibles átomos de lesa realidad
Que sin nosotros no conoce ni la
angustia de estar viva ni su futilidad
Ni su alegría
*Los
versos de Patmos en la traducción de Eduardo Gil Bera
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