Coronavirus








Se mueve imperceptible, microscópico,
por entre la gente recién salido de las fosas nasales, recién
adherido a la barra del metro, del tren,
del autobús.
Está en la barra del bar y en la tos por la espalda,
en la barra de pan y en el papel higiénico.
El virus ni siquiera sabe que lo es. Actúa
ciegamente, sin razón, sin sentimiento,
como una ley.
La ley de la selva.
Al fin
volvemos a estar muertos.

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