La noche de la mujer trabajadora
Entra en la cocina
sujeta el grifo
mira a otro lado.
Habla de algo distinto mientras lo aprieta.
Yo sigo con mi vista su mirada por la ventana abierta.
Qué importa, la ventana.
Con expresión distraida,
como si hubiera hecho esto mil veces hoy,
abre la llave, que estalla empapándola.
No dice nada.
Se seca lentamente, sin apartar sus ojos de los míos.
Me ofrece un chicle.
Se va
por donde vino, hay más
averías.
Cualquier día de estos
portada de la edición impresa de El País de hoy, que no menciona la manifestación contra la reforma laboral. La portada de las páginas especiales sobre Madrid está dedicada a la sequía
Se acerca el día
después de protestar en interiores sin testigos,
después de bautizarnos en credos fatalistas,
después de arrinconarse como polvo incómodo
la palabra
hasta que no se oye
ni ve su procedencia,
está llegando el día,
después de no decir
ni "esta boca es mía" y masticar la frase
hasta volverla bolo alimenticio,
ya viene el día en que digamos,
habiéndolo pensado con naturalidad
"ni esta boca es mía"
y al día siguiente
"esta boca no es mía",
y que empecemos a hablar de lado y para atrás
y nos encaminemos por nuestros pies y manos al desastre
y nadie pueda luego protestar por algo
que nadie ha hecho,
que nadie ha dicho,
porque lo habremos dicho y hecho todos
desde ese día
que no dijimos
lo que al final, de no decirlo,
dejamos de pensar.
O ya ha llegado.
O llega cada día.
Quick Response
En el código QR de mi blog podía verse al mismo tiempo el rostro de Jesucristo sobre la Sábana Santa, una máscara funeraria carolingia, el reflejo de Aladino en una lámpara y la blanca cicatriz del obsesionado Ahab. En su centro había una cruz bizantina y en la esquina sin cuadrado, olvidada de su dueña, una arpa. Sí, así, en femenino. Al mirar en él más lejos aparecían dos líneas confluyendo hacia un Aleph. Y miré por él mil veces y mil veces vi lo mismo: un lugar ausente de sustancia, de sonidos y de vida. El silencio, del que nace nuevo todo cuando todo se termina.
poesía ERE´s tú
Un poeta entra en un bar
pide una cerveza
la paga la bebe y se va.
Y nadie lo sabe.
Nadie.
Solo la cerveza quiso hacerse cargo
de su escalofrío.
en Manhattan
En Manhattan
la luz barre las avenidas
y olvida sombras trapezoidales ocultas
tras las esquinas de las calles
Sombras que alimentan esplendores
luz aérea / asfalto
cristal / herrumbre
Miles de ascensores como burbujas
ventanas iridiscentes /
gasolina
Espuma de una fermentación nauseabunda
brilla única e iguala
noche /
penumbra
El espejo de hoy no te mira.
El espejo de hoy no te mira.
Ayer sí, a estas horas.
Afeitabas tu cara cuadrada de héroe.
Impecable, la imagen
casi sonreía.
Son ya quince años en tu cuerpo,
quince años que han hecho
de ese cuerpo el tuyo.
Y tu cuerpo no es tuyo,
el tuyo es suyo,
perteneces al cuerpo de la policía.
Y el espejo de hoy no te mira.
No recuerdas muy bien lo de ayer,
no eras ojos
que vieran de frente,
lo que has visto en la tele es basura
de los periodistas,
porque no fue así,
tú estabas allí
y ellos no.
Aunque tú no eras tú,
eras su,
porque tú perteneces al cuerpo,
y hoy por eso el espejo, quizá,
no te mira.
No recuerdas muy bien lo de ayer
porque no eres memoria
de la policía,
y tampoco ayer escuchaste otra cosa que ruido,
oías gritos sin saber qué decían,
porque no eras oídos.
Y no has sido cerebro en tu vida
de la policía,
ni conoces a nadie, por cierto,
que, cerebro, cerebro,
lo que se dice cerebro
de la policía
haya sido.
Para eso ya hay otros dando órdenes:
inspectores, políticos,
tu mujer...
porque tú no eres tú,
eres su,
y
te limitas
a
o-
bedecer.
Y quizá hoy por eso elespejo
no te mira.
Fuiste piernas, ayer, ya te acuerdas,
cuando al fin te mandaron correr.
Tú corriste a todo meter,
y llegaste hasta donde
el "enemigo"
gritaba
y en dos hostias se acabaron los gritos,
pensaste,
pero no se acababan.
Y también fuiste brazo,
porque hay que reconocer
que las hostias las diste.
Y además ayer fue
facilísimo,
Porque el enemigo de ayer
esperaba,
y llegaste hasta él
y esperaba,
y gritaba,
y pensaba.
Pero tú no eras ojos, tú
no eras oídos,
tú
no eras memoria
ni cerebro, tú
no eras nada.
Eras un traje azul
impecable de héroe,
vacío.
Y hoy te afeitas como cada mañana
y no llevas el traje
todavía
y al ser su, no ser tú,
no hay imagen,
y quizá hoy por eso el espejo
no te mira.
Ayer sí, a estas horas.
Afeitabas tu cara cuadrada de héroe.
Impecable, la imagen
casi sonreía.
Son ya quince años en tu cuerpo,
quince años que han hecho
de ese cuerpo el tuyo.
Y tu cuerpo no es tuyo,
el tuyo es suyo,
perteneces al cuerpo de la policía.
Y el espejo de hoy no te mira.
No recuerdas muy bien lo de ayer,
no eras ojos
que vieran de frente,
lo que has visto en la tele es basura
de los periodistas,
porque no fue así,
tú estabas allí
y ellos no.
Aunque tú no eras tú,
eras su,
porque tú perteneces al cuerpo,
y hoy por eso el espejo, quizá,
no te mira.
No recuerdas muy bien lo de ayer
porque no eres memoria
de la policía,
y tampoco ayer escuchaste otra cosa que ruido,
oías gritos sin saber qué decían,
porque no eras oídos.
Y no has sido cerebro en tu vida
de la policía,
ni conoces a nadie, por cierto,
que, cerebro, cerebro,
lo que se dice cerebro
de la policía
haya sido.
Para eso ya hay otros dando órdenes:
inspectores, políticos,
tu mujer...
porque tú no eres tú,
eres su,
y
te limitas
a
o-
bedecer.
Y quizá hoy por eso elespejo
no te mira.
Fuiste piernas, ayer, ya te acuerdas,
cuando al fin te mandaron correr.
Tú corriste a todo meter,
y llegaste hasta donde
el "enemigo"
gritaba
y en dos hostias se acabaron los gritos,
pensaste,
pero no se acababan.
Y también fuiste brazo,
porque hay que reconocer
que las hostias las diste.
Y además ayer fue
facilísimo,
Porque el enemigo de ayer
esperaba,
y llegaste hasta él
y esperaba,
y gritaba,
y pensaba.
Pero tú no eras ojos, tú
no eras oídos,
tú
no eras memoria
ni cerebro, tú
no eras nada.
Eras un traje azul
impecable de héroe,
vacío.
Y hoy te afeitas como cada mañana
y no llevas el traje
todavía
y al ser su, no ser tú,
no hay imagen,
y quizá hoy por eso el espejo
no te mira.
Escribo...
,,,sobre el amor,
pero el amor es un trozo de la vida.
sobre la vida,
pero la vida es un trozo del tiempo.
sobre el tiempo,
pero el tiempo es un trozo del universo.
sobre el universo,
pero el universo
entero
es un trozo del silencio.
14F
Asisto como cada día catorce
de febrero al embeleso del amor
en los comercios.
Y la gente finge que se quiere
y entra en las tiendas
y compra flores,
compra bombones, bebe cava,
usa condones de sabores,
cómete mis bragas...
He reservado hotel para esta noche,
hoy te voy a dar un beso en un jacuzzi,
hoy te diré te quiero en otro idioma
y me pondré la ropa cara
que nunca uso
porque me aprieta,
porque se gasta...
cenaremos cosas que salpican al saborearlas
y haremos eso un par de veces en la cama
y otra vez, más tarde, en la bañera...
eres mi amor de ayer y de mañana,
pero hoy
vamos a hacer una performance
que solo haría contigo
porque me da la risa si la veo
representada por dos desconocidos.
Primero voy a llevarte a un sitio caro,
a un hotel céntrico
de camareros con bisagra,
de sonrisas estratégicas, de plantas
que una mujer con traje de chaqueta
riega cada mañana.
Ven, acércate, mira al espejo,
eres tú quien se ríe, eres tú
la que se ruboriza,
la que grita tapándose la boca con la almohada,
la que oculta sus ojos concentrada
en su alegría.
Eres tú la que está a cuatro patas
y yo soy tu guardaespaldas.
Soy yo, y yo, y yo,
y siempre el mismo yo en el centro,
y ahora a tu derecha mi colaboradora,
mi mano, midiendo tus susurros,
siguiendo el recorrido de tu piel
que cambia de textura
como si hiciera frío,
y no hace frío en absoluto.
Tú eres quien viene hacia mí
y va
y vuelve cuando quiere
y yo sé que solo puedo estar aquí,
esperándote,
y se me pelan las rodillas
y hoy no me doy cuenta, pero mañana sí...
pienso que tú eres más tú que nunca
y que a veces se me olvida.
Dormida, con una gran sonrisa,
el pelo por la cara y te lo quito,
y veo cómo sueñan
tus ojos, moviéndose debajo de los párpados,
cómo respiras
y el CO2 que exhalas es mi oxígeno
y respiro lo que no usas de este aire
que te ha pertenecido
y es para mí sagrado.
Quien no ha vivido esto no ha vivido
y en noches como esta veo el futuro
y en él no estoy así contigo eternamente
y todo el tiempo que será sin ti
será tiempo perdido.
Así que voy a hacer lo mismo
mañana que es día quince
sin que te enteres, y el dieciseis,
y siempre, y cada vez
que te despiertes.
de febrero al embeleso del amor
en los comercios.
Y la gente finge que se quiere
y entra en las tiendas
y compra flores,
compra bombones, bebe cava,
usa condones de sabores,
cómete mis bragas...
He reservado hotel para esta noche,
hoy te voy a dar un beso en un jacuzzi,
hoy te diré te quiero en otro idioma
y me pondré la ropa cara
que nunca uso
porque me aprieta,
porque se gasta...
cenaremos cosas que salpican al saborearlas
y haremos eso un par de veces en la cama
y otra vez, más tarde, en la bañera...
eres mi amor de ayer y de mañana,
pero hoy
vamos a hacer una performance
que solo haría contigo
porque me da la risa si la veo
representada por dos desconocidos.
Primero voy a llevarte a un sitio caro,
a un hotel céntrico
de camareros con bisagra,
de sonrisas estratégicas, de plantas
que una mujer con traje de chaqueta
riega cada mañana.
Ven, acércate, mira al espejo,
eres tú quien se ríe, eres tú
la que se ruboriza,
la que grita tapándose la boca con la almohada,
la que oculta sus ojos concentrada
en su alegría.
Eres tú la que está a cuatro patas
y yo soy tu guardaespaldas.
Soy yo, y yo, y yo,
y siempre el mismo yo en el centro,
y ahora a tu derecha mi colaboradora,
mi mano, midiendo tus susurros,
siguiendo el recorrido de tu piel
que cambia de textura
como si hiciera frío,
y no hace frío en absoluto.
Tú eres quien viene hacia mí
y va
y vuelve cuando quiere
y yo sé que solo puedo estar aquí,
esperándote,
y se me pelan las rodillas
y hoy no me doy cuenta, pero mañana sí...
pienso que tú eres más tú que nunca
y que a veces se me olvida.
Dormida, con una gran sonrisa,
el pelo por la cara y te lo quito,
y veo cómo sueñan
tus ojos, moviéndose debajo de los párpados,
cómo respiras
y el CO2 que exhalas es mi oxígeno
y respiro lo que no usas de este aire
que te ha pertenecido
y es para mí sagrado.
Quien no ha vivido esto no ha vivido
y en noches como esta veo el futuro
y en él no estoy así contigo eternamente
y todo el tiempo que será sin ti
será tiempo perdido.
Así que voy a hacer lo mismo
mañana que es día quince
sin que te enteres, y el dieciseis,
y siempre, y cada vez
que te despiertes.
Alicia y Peter
Sonrisa de gato sin gato
que aparece tras la chispa.
Saltan los diferenciales.
La ciudad habla despacio.
La oscuridad tranquiliza.
Ven, Alicia,
baja a mi barrio alto
por la puerta que se abre
solo una vez cada año.
Busco el aliento que yace en un saco de infancia olvidada
yo, entre pelusas,
tantos yos volviendo a casa
a través de la neblina.
Ven, Alicia...
Nunca he visto un caballo tan de cerca
como los de las películas,
nunca he visto tan de cerca una vida
como la que vivirías junto a mí.
...solo una vez cada año.
Te quiero decir maravillas y no estás;
no has estado, en tu memoria;
y ya nunca estarás.
la hora no
Ella llora después del desayuno.
Se le viene el mundo encima, y termina
llorando
encima del mundo.
Y da igual la lluvia, el viento, la luz,
el calor y el calendario.
La hora no. Yo
tampoco.
Ella llora después del desayuno.
De mí
depende cuánto.
me creas
No sé hacer ya que no me crees de otra manera,
más rara cada vez, ajena a mí al alejarte.
Nadie, exceptuándote, ha visitado mi cocina,
te la describen todos por el humo que desprende, por el aroma
que mezclado con mil otros algunos gustan husmear,
y les prestas tu atención
como quien revisa en un poema enamorado
la ortografía.
No mires lejos si quieres verme bien,
yo ya no existo a través de los filtros atmosféricos.
Mírate a ti. Pregúntate
por qué razón me sonreías.
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