Los ricos del campo santo




Si nos pagaran por masturbarnos todos seríamos millonarios.
Ya no hablaríamos entre nosotros, la especie se extinguiría en una generación.

Todos seríamos los ricos del campo santo.
La Naturaleza aparecería y desaparecería instantáneamente si la vida fuera fácil.

Así que no te quejes.
Aún te sobra tiempo para leer
y ser poesía.

pan





Si pudiera escribir tan solo una palabra escribiría pan.
Amasaría con agua el papel y la palabra
pondría la masa al fuego.
Y tomaría el pan y el verbo lo repartiría.
Y no querría poesía.
Y no sabría lo que he hecho.

si los amaneceres





Si los amaneceres pensaran discutirían
por nuestra causa.
Por no saber quién sabe más sobre nosotros:
si nos queremos, si no,
si hoy es mejor o peor que ayer
o que mañana.

Unos amaneceres y otros no se pondrían de acuerdo, porque en algunos
amanecimos juntos en la misma cama y en el mismo beso.
Nos despertó la misma luz del mismo amanecer
al mismo tiempo.


Otros dirían que estábamos separados,
que despertaron a dos personas diferentes
en dos habitaciones distintas,
atravesando cada ventana de una manera,
incidiendo en dos ángulos opuestos
sobre las sábanas.

Si los amaneceres pensaran se reunirían para charlar,
discretamente,
en las hemerotecas.
En torno a una gran mesa redonda dialogarían,
la presidencia habría de rotar cada día,
siendo además el presidente
de turno
el único ausente...

Yo mismo cedo a veces a la tentación
de no considerar a los amaneceres
como una sucesión continua.


Yo me resisto a pensar que la última palabra es la opinión última,
y que la última emoción es más auténtica que otras anteriores.
Que hoy es más mi vida que ayer,
o que mañana.
Que yo existo, si he de ser
solo una procesión de individuos que se repiten:
fotografías
que hacen cine.




Y no lo pienso, a la luz

de algunos amaneceres, pero sí
a la de otros

lo importante







lo importante no es cómo cantan, 
sino que cantan juntos. 
No se juntan para cantar, cantan 
porque están juntos.

Fui





Fui, después
olvidé qué joven fui.
Olvide cómo ser joven
y ser joven.
Olvidé que lo supe.
Así envejecí.


da vueltas










 Resultado de imagen de segundero

Da vueltas, eso es lo que hace.
Y si te fijas en él, parece que corre.
No todo él se da prisa, es una cuestión de geometría.
Pero su ápice nos deja atrás, soñamos con apresarlo
en su viaje, como el surfista atrapa su ola
o el niño mira la nieve caer hasta el suelo
concentrándose en un copo.

Lo más extraño de todo es
el movimiento: circular,
una y otra vez, una y otra y otra,
mientras perdemos la vida oculta tras su giro.
Parte a cada instante y llega. Él no lo sabe, él
avanza sobre sus dígitos.

Sobrepasa a la aguja de las horas muchas veces cada hora,
al minutero cincuenta y nueve veces por minuto
-el minutero se mueve, pero no se nota-.

Infinitas -menos una- veces
a nosotros.

Nuevo destino:







Por favor, si desea obtener poesía de este poema continúe leyendo.
Continúe leyendo por este poema.
Continúe leyendo por este poema.
Por favor, continúe leyendo por este poema.
Puede obtener una poesía alternativa en otros poemas,
pero mientras esté en este poema, por favor,
continúe leyendo por este poema.
Redirigiendo...
Por favor, deje de pensar en otros poemas que podría estar leyendo
o no obtendrá poesía de este poema.
Por favor dé la vuelta.
Por favor dé la vuelta.
Piense que este poema no es un poema,
Por favor, deje de pensar en este poema como si este poema tuviera que ser un poema.
Por favor, deje de sentir decepción por que este poema no sea lo que usted pensaba que debería ser este poema.
Por favor no se ofenda porque este poema no le dé su poesía fácilmente,
piense que tampoco usted le da su poesía fácilmente a este poema.
Su poesía se encuentra a cero kilómetros.
Por favor, persevere en la lectura de este poema.
No abandone la búsqueda de su poesía o no la obtendrá por ninguna otra vía alternativa.
Continúe.
No abandone la búsqueda de su poesía o no la obtendrá por ningún otro poema alternativo.
Por favor, continúe leyendo por este poema.
Continúe leyendo por este poema.
Redirigiendo...
Por favor, deje de pensar en lo inteligente que es usted por estar leyendo un poema.
Por favor, deje de pensar en lo inteligente que es usted por estar buscando su poesía.
Se encuentra usted a cero kilómetros de su poesía.
Dé la vuelta.
Por favor, no me venga con que esto no es poesía.
Redirigiendo...
Por favor, si desea obtener poesía, deje de pensar en quién es usted.
Por favor, si desea obtener poesía, deje de pensar en usted, sea quien sea.
Por favor, sea.
Por favor, si desea obtener poesía, deje de pensar, en general.
Dentro de un verso empiece a leer este poema como si este poema no fuera un poema.
Por favor, lea este poema como si no estuviera leyendo este poema.
Por favor, lea este poema como si no estuviera leyendo.
Por favor, no lea “este poema”.
Por favor, no “lea”.
Por favor, no lea “por favor”.
Por favor, no “no”, sí.
“Sí”, por favor.
Si -por favor- lo que está haciendo usted ahora mismo es leer,
abandone el lóbulo occipital en la siguiente salida, dirección:
“Area de Wernicke”
(si está escuchando, salga del giro temporal transversal
por la primera salida: “Area de Wernicke”)
por favor, recuerde que no está leyendo un poema.
Recuerde que no es leer un poema, sino leer, lo que esta haciendo.
Ahora mismo.
Dé la vuelta al poema, verá que no es un poema.
Dé la vuelta al poema vuelto del revés, verá que no es un poema,
ni un poema vuelto del revés, etcétera.
Dé usted la vuelta, verá que usted sigue siendo usted.
Continúe siendo usted por este poema.
Si usted desea obtener poesía la obtendrá incluso en este poema.
Redirigiendo. Redirigiendo. Redirigiendo.
Su destino está a trece o catorce versos.
Su destino es obtener poesía, no trate de obtenerla.
Para obtener poesía, por favor, siga las indicaciones.
Por favor, deje de seguir las indicaciones a partir del próximo verso.
Alargue la mano y obtenga su poesía.
Toque la poesía con los dedos.
Saboree el sabor de la poesía y reconozca el poema.
Cuando termine de leer el poema, su poesía se encontrará
perdida
en su hemisferio izquierdo.
Gracias por no seguir las indicaciones.
Por favor, deje de leer este poema.
Su poesía se encuentra perdida en su hemisferio izquierdo.
Nuevo destino: amígdala.
Redirigiendo.

Me estás destrozando la vida




Me estás destrozando la vida
si la vida era aquello que vivía por mí
eligiendo influencias.
Si era ese continuo de yoes en un laberinto
como migas de pan marcando el camino de un nombre y algún
apellido. A ti ahí, en esa serpiente de tiempo no se te preveía,
y viró mi timón y enhebró
otro rumbo.

Y en mis estanterías la invasión de tus libros
y el colchón para dos en la habitación, y en el salón
la jungla facsímil sobre la que llueves
cuando amaneces.

Y en el baño tu cepillo de dientes, húmedo
la mitad de las veces.

imagina un ruido








Imagina un ruido que contuviera todos los sonidos
físicos y de la mente, todas las palabras y los gritos
toda la ira y la lástima y todos los sentidos
Imagina un grupo de sonidos reconociéndose
sabiéndose sonoramente vivos, resonando consonantes y constantes.
Dentro de todo el ruido nada habría cambiado
y sin embargo los sonidos señalados habrían adoptado la armonía
como principio común para todo lo que llamarían vivo.
Habrían extendido la matemática de los sonidos
al campo visual y medirían distancias quizá
en su diatonalización de alguna geometría.
Tal vez habrían pasado por una fase mística
de adoración del ruido rosa o del ultrasonido
y en la reacción atravesado la consiguiente fase positiva.
Tal vez tendrían múltiples explicaciones
para que exista algo en vez de nada
Tal vez habrían llegado a comprenderse en su divinidad
pues existir es una acción que se efectúa
no importa si en el todo o el vacío
es una voluntad de la materia o de la ausencia
a la que un rayo o una grieta le lleva la contraria.
O tal vez habrían pensado ya cómo escapar de no ser nada
para ser algo fuera del todo, o cómo
entretenerse en una eternidad que les hiciera sonar
como una melodía. O tal vez se habrían callado
y ausentes del sonido, escuchando,
nos espían.

estupidez





Aguo tu carefree
aguo tu carefree
aguo tu carefree por julais
uso me la peláis, hay domingos
hay gato carefree
¡Gato, gato! ¡Hay gato carefree!

Hay polen chingón
Hay polen chingón porque mercan,
artista y alcohol, y porreas
Hay polen chingón, eah
gato gato, hay polen chingón.

Hitler es blandiblú, eah
Hay canguelo uber, degüello dócil, hay budú
bata y app cuqui tú,
men, hay bocao, tampoco
O Olajuwon, pussy mil peines,
O Olajuwon pussy brie.
O Olajuwon tú carefree

Habláis y moduló
hay cable USB muy simplificao
simplificao
Simplificao y tú ahí, ay, ay
Hay montón fusil Rajoy Brey
Gato, o queréis o hay ONU

No uséis final fusil
Hay gato carefree
hay gato carefree
aguo tu carefree, eah
aguo, aguo, aguo, aguo tu carefree.

Escribe un mensaje









Escribí un wasap para mi novia y lo envié al grupo del trabajo.
Al día siguiente me despidieron.
Entonces escribí un wasap para el grupo del trabajo.
Y se lo envié a mi novia.
Ella me dejó.
Les escribí un wasap a mis padres, pero se lo envié a mis amigos:
los amigos me echaron del grupo de wasap y fueron bloqueándome
a medida que leían mi mensaje,
aunque yo les escribí un último mensaje, que envié a mis padres,
por lo que mis padres abandonaron el grupo de la familia,
lo que cabreó a mis hermanos, que me echaron del grupo
(espero que entre ellos se wasapeen, por lo menos).
Deberíais probar a enviaros a vosotros mismos un wasap.
Yo lo hice el otro día, pero en vez de enviármelo a mí se lo envié a nadie;
así que ya no me hablo.

Yo no me hablo con tipos que ya no se hablan conmigo.

Un wasap es lo mínimo.
Si no te envían un wasap puedes dejar de hablarles,
porque es lo mínimo.
Aquel que te critica a tus espaldas te envía wasaps mientras te critica.
Y te pone emoticonos por tu cumpleaños para no pensar en qué más mentiras decirte,
porque sabe en el fondo que tú también sabes que te critica, así que qué más da.
Un puto emoticono. Pero te lo envía.
El que discute contigo por todo y se caga en tu padre cuando se va por el pasillo de la oficina
también te lo envía. Aunque sea para demostrar deportividad, para demostrar que es
un buen profesional. Para demostrar que eres tú quien no le traga.
Te envía el wasap para dejarte mal, pero te lo envía. Es que es lo mínimo.
El marido de tu prima te envió un wasap cuando estuviste en el hospital.
El vecino un wasap cuando la inundación.
El concejal cuando lo de aquel caso de malversación en la trama Púnica.
El poeta, cuando otro tuvo un acceso de pánico escénico.
Todo el mundo envía wasaps porque es lo mínimo.
Yo recibo wasaps desde que estoy en el trono fabricando un truño a las seis de la mañana.
Mis colegas juegan a ver quién madruga más, quién es el más pringao.
“Una foto del amanecer en Avilés lleno de humo y de rayos de luna”.
Una foto de un croissant recién descongelao y un café que describe una situación mágica
de calma de confort y de penumbra. De lo que te quita wasap.
Porque lo mínimo ha de ser incómodo como un traspiés, pero profundo
como una sima. Porque ha de atrapar sin solución a aquel que no repara en su destino.
Al que no haría nada o lo haría todo de no ser por wasap.
Al que flirtea con el todo como si la nada.
Wasap wasap wasap
wasap wasap wasap
De la mañana a la noche
20 wasaps por minuto:
tiempo digital, cronómetro del corpúsculo lumínico...
oh, wasap, mínimo común múltiplo, Divino Número.
Me voy a comprar un teléfono prehistórico, te lo garantizo,
te lo juro ¡oh, wasap,
agujero negro de lo poco humano que nos hizo únicos!

diamante o párpado

Acaso  el preciosismo  en la poesía   dependa  de la joya en la mirada: si es un diamante o un párpado,  es decir, si multiplica u opaca. Te...