Cada noche Silvia Nieva








Cada noche Silvia Nieva

cambiaba el agua al bacalao.

Y el bacalao perdió su sal y la del mar entero

y el recuerdo de la sal y el del agua salada y el de la dulce

y el agua ya era de grifo.

Y el bacalao echó raíz en la nevera o tal vez era micelio,

da igual, aquello era bacalao, no tenía que ocurrir.

Pero ocurría y cada noche yo me daba cuenta de que era ella,

Silvia,

la que tenía razón.


Y un día, al abrir la nevera,

el bacalao voló.

ay, si me cazan





Ay, si me caza un cazatalentos...

Se conoce que en mi caso

no han tenido suficiente puntería

todavía.

O quizá

es que soy cazamenor.

Y no se fijan.

Me gustan los helados


Me gustan los helados, hay muchos tipos.

Los hay primaverales y de otoño,

los hay para el invierno y por supuesto

para el verano. Es que hay cuatro estaciones.

Entiendo a los que dicen los helados están fríos

y hay que comerlos con calor, son para refrescarse.

Los entiendo. No lo han pensado bien.

Se quedan del helado con la temperatura.

El nombre les engaña: helado. ¿Y qué?

Tratan a los helados como medicamentos.

Será que están enfermos. Pero no. Los helados son

alimentos. Tenemos hambre todo el año.

También podemos tener sed.

En invierno un buen helado de limón te arregla el día

si te has comido una fabada por ejemplo,

o un chuletón. Casi mejor que en el verano

salido de la playa. Ahí quieres beber agua

y ya después si eso, algo de azúcar,

cuando te da el bajón después de tanto sol

y tanto abuso de brazada. Uno de chocolate,

directamente, sin miramientos.

O en mayo uno de melocotón,

cuando empieza el melocotonero

a resucitar a la polilla oriental,

al pájaro frutero,

al ser humano gordo, aún navideño.

En primavera.

Y en el otoño. Otoño mango. Es

temporada.


Los hay que hasta el verano nada. Como es helado...

se pierden muchos momentos de todo el resto del año.

No entienden al helado.

Renuncian al helado más sutil. No captan

la comunicación con el helado. El mensaje.

La elasticidad del tiempo, no el ambiental,

el tiempo tiempo.

Tengo calor, un helado. Hasta ahí.

Te dan lecciones de sabores a menos cuatro grados.

Y dale. Ya lo sé. Pero no digo nada.

Me como un helado el veinticuatro de febrero.

Por san Sergio.

Solo.

Como se comen los helados.

Estáis tú y el heladero.

Como se lee un libro.

Me gustan los libros, hay muchos tipos.


Y así todo.

A Ennio, in memoriam



Primero salió la noticia:

Morricone ha muerto.

Después, en seguida, la confirmación.

Y la confirmación.

Y la confirmación de la confirmación.

Y la otra confirmación.

Morricone ha muerto: contrastado.

Después salió el que sabía quién era Morricone antes que nadie,

el que lo oía desde el vientre materno,

el que silbaba en el colegio la muerte tenía un precio.

Ese salió primero

tras la noticia.

Después salió el que tenía una foto

con Morricone en Murcia,

con Morricone de vacaciones,

aquí, con Ennio, en el Nilo,

mi padre con Morricone.


Conocí a Morricone...

en un recital de poesía que organizaba Escarpa en el Ateneo,

por ejemplo.

A mí Morricone me lo presentó Batania,

en el Mercurio, no hablamos mucho,

habló Batania.


Salieron esos y luego saliste tú

con ese vídeo de La Misión.

Ese oboe tan Ennio en medio de la amazonia.

Pusiste D.E.P. , pero después salió otra gente poniendo

seguiremos oyéndolo, nos queda la música,

inmortal genio,

que la tierra

te sea

leve.

Hay que ser pesado.

Ennio Morricone muerto y enterrado

bajo tierra

y comentarios.


Y después de ti, los revisores:

Lo han visto todo.

Vuelven a verlo.


Los críticos:

Sin duda estamos ante un Beethoven,

un virtuoso de la armonía, se adelantó a su tiempo.


Los entendidos

especialmente en la obra de

Morricone.

Yo... a mí... cuando yo era pequeño...

Mi Morricone, mi Morricone,

dónde está mi Morricone.

Mi Ennio...

¿Dónde estabas tú cuando...

¿YO? ¡Con Morricone!


Hay quienes se creen con más derecho que tú

a llorar a Morricone

¿Qué haces llorando a Ennio?

¿Ahora todos conocéis a Morricone?

Si levantara la cabeza Morricone...


Y entonces lloran, aunque no llorarían,

aunque lo conozcan, aunque sean fans

de verdad, no llorarían.

Aunque vieron La Piovra.

Les daría pena, como mucho.

Pensarían en ello

un rato, pondrían un tema,

mirarían facebook,

pero no llorarían,

no volverían a ver La Piovra.

No llorarían la muerte de Morricone,

pero la lloran.

En facebook lloran porque ha muerto Ennio Morricone.

En facebook y en Instagram,

igual,

la misma historia, la misma foto, el mismo texto.

Lloran.


Por eso

no me los creo.


Ni Morricone.


#telodigoyo









Llegar a la mesta cuesta







Toda esta creatividad tuya

traspásala al folio,

que no se diga, habla, mamón,

que vibre el aire.


Tienes que estar ahí, escribiendo,

leyendo a escondidas lo de los demás,

tienes que estar amasando las páginas de tu diario

con la barriga sudada, como si hicieras pan

como si repartieras hostias consagradas

tienes que hacértelo mirar, mamón.


Háztelo mirar, llévaselo a un corrector,

que te miren lo lejos que llegan los versos

para una imprenta oxidada,

que te miren la gramática y la hagan lenta

que te miren también los semáforos que te saltas

mamón, te mereces que te lo miren todo por dejarles mirar nada.


Pero luego bien que corrijes tú a los otros,

bien que alardeas de tu sabiduría.

Como si hubieras vivido mil vidas como la mía,

como si mi vida mi minivida fuera,

¡fuera, mamón, con tus chorradas!

escribe o no escribas, lee mucho,

no critiques nada.


¿Qué pendulo quieres mover cuando criticas a otro por escribir mal?


¿Tan mal escribes tú que te viene grande el nivel?


Si flotas, bien,

si te sumerges, mejor,

si vuelas,

mamón,


¡vuela amigo, vuela alto,

no seas gaviota en el mar!

.




Me gustaría dejar este poema aquí

alguien





Alguien se dio cuenta a tiempo

de que la hierba no hierve,

la uve y la be, la a y la e

dan fe.

pequeñito, pero matón




Este es un poema pequeñito

que no dice nada.

Es un poema pequeñito que se repite.

Pero tú lo querrás, porque quieres

sentirte alguna vez grande.

hace un instante






hace un instante

aquí decía otra cosa.

Lo borré, aún lo recuerdo.

Si tú no lo leíste entonces

yo no lo dije.

Y aquí no hay nadie más.


Hace un instante la pantalla

se oscureció por otros sitios,

la aplicación quiso guardar la información en la memoria, pero no.

Pulsé el cursor

y coloqué el puntero al frente de la línea

dí marcha atrás al tiempo del teclado.

Lo borré. Tú ya

no lo leerás.


Porque pensé otra cosa.

Esta que trata del pasado.

Esta que intenta envejecer y narra

en tiempo real mi pensamiento.

Esta que nace

hace un instante

y muere

ya.




Sánchezeida



PRIMER ACTO


Donde se narra el ascenso dialéctico de Pedro Sánchez tras ganar las primarias del Partido Socialista Obrero Español.


Preludio


PEDRO Sánchez camina en círculos en el salón de trono de Ferraz.

Va serio, no afloja el paso

lleva la noche en las pupilas.

En el fondo de su mente escucha un mantra:


no es no, no es no


y los tacones de sus zapatos alternan moqueta y gres, gres y moqueta

verde que te quiero moqueta y ese gres que es

el de la esposa

de Vargas Llosa.


Alternan moqueta y gres como en un taconeo por soleares a toda lógica ajeno


no es no, no es no


“Tengo un querer y una pena.

La pena quiere que viva;

el querer quiere que muera.”*


no es no, no es no


Moqueta gres moqueta.

Gres moqueta gres.


Y le presionan los pensamientos porque él es el héroe, y los demás somos masa que le ve como a través de un agujero negro.


Y le vienen, hexámetros, los

ahoraquemeacuerdos:




Discurso primero



Al alborear el alba amanecí entre sueños,

la de rosados dedos no me sacaba

del agujero

entre los brazos del gran Morfeo,

y yací en el interregno y me vi,

clarividente,

Secretario General Definitivo

¡Sí es Sí!

Y vi la exangüe cabeza

de la vil Susana Díaz,

frente a mí,

ensartada en una pica ¡Sí

es Sí! Y rodeando mi tienda

en el campo de batalla socialista

también vi reabasteciéndose agrupada

a toda la militancia.

Vime marchando a otro campo de batalla aquí en Madrid,

donde Mariano el Silente a todos los pretendientes

espera y calla.

Hacia él me dirigí

con las huestes apretadas en vanguardia.

No es no. No es no.

Gracias Susana, gracias Patxi, gracias

al comité. Gracias a todos aquellos y aquellas

compañeros y compañeras

militantas y militontos

que habéis venido hasta aquí

y que habéis hecho posible que a través de mí

hayáis logrado esta gesta.

No es no, no es no,

murmura la militancia

Sí es sí, exclama la pretoriana disidencia.


(En el fragor del discurso, Sánchez piensa:


“Voy a imitar al franchute que arrasó

al aparato,

y tan solo lo logró, que llegó solo, caminando,

al escenario del Triunfo.

Y solo decía mercí. Yo diré gracias.

Macrón Sánchez, el Gracioso.)


Gracias a los progresistas que han votado socialista

y gracias a los progresistas que no han votado socialista,

a los que sí, y a los que no,

gracias, gracias, gracias


Sí es sí.

No es no.


Gracias a los reaccionarios que han votado socialista

y gracias a los reaccionarios que no han votado socialista,

a los que sí, y a los que no,

gracias, gracias, gracias


No es no.

Sí es sí.


Rememoremos el caso,

pero bien dramatizado,

que me ha traído hasta aquí:


Tras ser injustamente apartado

de liderazgo y bancada socialista

por barones y baronas de provincias

cogí el coche y conducí

y conducí y conducí hasta que al fin

conduje y, condugente

fui de allí a aquí y de aquí a allí,

en un periplo indigente para llegar a la gente.

Mi conducción fue ingente, tanto que

los becarios de mi gente coreaban emergentes

para ser conductor de primarias

danos frases lapidarias y demás cosas así.

Y tratando de tener entretenida a mi luz intermitente un día dí

con la pregunta conductora de la izquierda:

¿Se puede adelantar aquí?


Un leader fui pa' mi gente, como ahora lo seré

para todo mi país.


Sí se puede. Sí se puede. Aquí

se puede adelantar.


Y dí mítines patéticos que pronto me dieron fruto,

porque la gente es así,

quieren un héroe emergente con dos gluteos bien turgentes

y paquete prominente que llegue y les represente

y que gane las batallas que ellos no piensan librar

contra toda esa otra gente progresista apocopada

que se deja avasallar con tal de poder figurar

y de salir en la foto.

¡Pa fotogénico yo!

Con mi perro haciendo cardio,

o con mi chica en los Goya

o disfrazao de piloto,

Pedro Sánchez es la joya

del partido. El milagro

de la socialdemocracia,

en contra de la vieja guardia,

se ha producido, demos gracias,

¡He ganado las primarias!


¡He ganado las primarias!

No lo digamos sin más,

analicemos la frase:


Primera palabra: ¡Eh!

Llamada, interjección.

Estar ahí y decirlo ¡Eh!


Segunda palabra: Ganado.

Dícese de las reses que van juntas

sin cuestionar su destino.

El PSOE es un ejemplo.


Tercera palabra: Las.

Las también me habran votado, digo yo,

así que soy feministo. Más aún

¿Barbijaputa? Ministra.

De Justicia: ¡Ni sí! ¡Ni no! ¡Sino todo lo contrario! ¡Ni sí! ¡Ni no! ¡Sino todo lo contrario!

Ya está bien de dictadura turbocapitalista. Ni sí es sí, ni no es no, sino todo lo contrario

¡Sino todo lo contrario!


Cuarta palabra: Primarias.

Ese es el nivel de estudios del país

que aspiro a gobernar.

De gente trabajadora. De gente comprometida

con su trabajo, su gente, su país.

Que no se pregunten cosas, que solo se las respondan,

un país de gilipollas, sí,

yo aspiro a gobernar un país de gilipollas

y el país, que es lo difícil, ya lo tengo,

ahora me queda lo fácil:

gobernar.




ACTO SEGUNDO

Donde Pedro Sánchez, a la mañana siguiente, reflexiona y traza su hoja de ruta hacia la Moncloa.


Discurso segundo


Me habría gustado más

llegar andando a Ferraz

como Macron a la urbe

de París. Ese tipo.

Ese es el tipo de cosas

que debemos mejorar.

Y me pienso hinchar a trajes,

paga el partido, porque un líder

debe vestir según los que le han investido.

Y es una carga, aunque uno esté fornido,

y no lo debo pagar. Urge pues ya, contratar

a un jefe de protocolo que sea un poco potro loco

porque yo tengo una percha que me permite arriesgar.

Y a un técnico de sonido

para que meta más ruido si me lío o me equivoco,

y a un iluminador

que lo llene de penumbra

todo a mi alrededor.

Habré de afilar mi espada,

hace mucho que no lucho

cuerpo a cuerpo

con ningún empotrador.


Sánchez se asoma a la calle y escucha un rumor:


Cuanto peor mejor para todos

y cuanto peor para todos mejor.

Mejor para mí.

El suyo,

beneficio político.


Il suo beneficcio político.

Diabólico. Mejor, maquiavélico.


Mejor para mí, es decir, mire ushté,

para ushté. El suyo, su

beneficio,

en napolitano mafioso, il suo,

mejor para mí, cuanto peor.

Cuanto peor para todos, mejor para mí,

no para todos, no, mejor para mí,

pero no yo, ushté...

mire ushté, a ver si me explico, es muy sencillo:

cuanto mejor para mí, oshea, ushté...

osea, oshea no, no O'Shea, Paloma, shí, la viuda,

shí que no, que esha no,

no O'Shea, osea, no Paloma, gaviota,

nononononó, pará pará parara pará,

para que me pierdo, osea, se pierde

- yo eshtoy hablando por ushté,

no soy yo el que habla, hablo yo

como si yo fuera ushté,

( que por cierto, si yo fuera ushté

retiraría la moción,

porque me beneficia a mí;

mi [ este sí ] beneficio, no su

beneficio,

el suyo, il suo beneficcio, no,

el mío, ahora sí, mire ushté, ahora sí,

antes no, antes su

beneficio

político... ) -

si yo fuera ushté dejaría la política en manos de los políticos,

de la retórica ya me encargo yo,

mejor para mí, pero no,

mejor volvamos a ushté:

ushté tiene una máxima,

dice así:


Cuanto peor mejor para todos

y cuanto peor para todos mejor.

Mejor para mí.

El suyo,

beneficio político.


Me explico?

No el mío, el suyo, su

il suo

beneficio

político,

mí,

yo...

¡mire ushté!


A Sánchez se le desata el cogito.

Frente a él estamos todos.

No osamos darle la espalda,

pero habré de contener el flanco zurdo

y a Pablo Eldepelolacio

Estandarte Proletario

cuyo empuje me amenaza.

Pues el banderín de izquierda

no será nadie

sino yo:

ni la podemita turba

ni el cuñao de Barcelona

seré yo el banderín de enganche

o no será.


¡Seré yo! ¡Seré yo!

¡Seré yo quien derrote a la tragona,

por San Jordi!


¡No es no! ¡No es no!

Libro, rosa, libro.

Rosa, libro, rosa.


Sí es sí.

Seré Yo.



ACTO TERCERO

Donde Pedro Sánchez al fin depura al partido.



En las mazmorras de Ferraz

Pedro Sánchez, embutido

en un traje, y Patxi López,

semidesnudo, sudado,

ataviado con un mero peto negro,

blande un látigo y le adosa

un gran consolador rosa

a un mecanismo gótico

en su mecanicidad.

Un balancín impoluto,

una bicicleta estática

invertida y redundando,

un mecano quasi-lúbrico

puesto ahí por Zapatero el Criticado

cuando había que conciliar.

Ambos tipos interrogan

al astuto idealista,

juventudes socialistas del País Vasco,

y víctima del terrorismo

Don Jorge de la Madina

pero este se resiste.


¡Confiesa!

¡Le trovas a Rubalcaba!

¡Aún cantas a la vuelta de Felipe!

¡Maniqueo, bipartidista!


Todo el mundo pasa el filtro

y aquel que no, si confiesa,

si delata a una princesa arribista,

puede volver a la base,

reintegrarse a la cadena de tracción

como último eslabón.

Solo un modo hay de lograr la redención y es la traición.

Aunque todo tiene un fin.

Reconciliar al partido,

buscar las siglas perdidas

para volverlas a unir.

La S, la P, la E...

las perdidas esperanzas de la O.


Secuestrada por la N en el monosílabo NO.

La palabra más malvada, el inefable sonido.


¡No es no! ¡Sí es sí!

¡Ni sí es sí, ni no es no, sino todo lo contrario!

¡Ni sí, ni no, sino todo lo contrario!




ACTO CUARTO

Donde Pedro Sánchez se encuentra de pronto en la presidencia.



Discurso tercero


Nos hemos puesto de acuerdo,

menuda altura de miras,

y Mariano derrotado se retira.

La censura sí prospera,

el futuro me ha llamado.

Lo voy a petar en Europa,

ya veréis cuando pactemos

con el partido hermano

con el otro Pablo Iglesias

y la yunta de Podemos.

Pero es que aún no pactamos.

No pactamos con Podemos

y ya el tiempo está pasando

ya la gente se resiente

y los pactos quedan lejos.

Habrá que echarle arrestos

gobernar la circunstancia

volverá a votar el pueblo

otra vez y otra y otra

hasta que salve a la Patria

La derecha queda lejos, se divide.

En el congreso Abascal con cincuenta mamelucos

y Casado casca. El problema catalán

que siga en pausa. Votemos.

Y ganemos o perdamos,

pactemos y gobernemos.


Sánchez y Eldepelolacio

se abrazan en el congreso:

¡Un abrazo, compañero!

¡Y a Errejón dale un beso !

Han sido meses difíciles,

pero todo está olvidado.

Serás mi fiel escudero,

mis molinos tus gigantes,

ya verás qué bien va España

¿A que desentierro a Franco?

A que la lío, ¿qué no?

Trae un helicóptero.


Vamos a hacer un gobierno

con cuatro vicepresidencias,

porque yo como presidente

siento que valgo por cuatro

tantas veces he ganado,

han confiado en mí tanto

todavía sin hacer nada,

españoles y españolas...

todita la españolada.

Tú tendrás la principal presidencia

la social, ¿no dices que te interesa?

Ahí enchufas a los tuyos

y os ponéis a no hacer nada

que ya sois lo principal.

Si no te gusta, chitón,

que ahora has perdido los votos

para hablar cuando hablo yo

y han entrado los de VOX,

así que a sable con ellos

tú eres rojo ellos son negros

yo soy rosa de san Jordi

retírate ya, Eldepelolacio,

si no quieres que saque a Patxi.


¿Dónde está el escribano?

He de decir un discurso

con un casco blanco puesto

y una chaqueta de ante

con codera, una que tengo

regalo de Malú y Rivera

qué pena lo de ese chico,

¡que se joda!

Qué pena lo de ese chico.

¿Y mi discurso?

Lo quiero decir ahora.

¿A que lo digo?

Ya está aquí el escribano,

Pedro, tranquilo.

Yo estoy tranquilo.

Tranquilo.

Yo estoy tranquilo.

Tranquilo.

Escriba escribano, escriba

no lo voy a hacer yo todo,

estoy en mi pensamiento,

no se lo voy a ir diciendo.

Piense en España, y piense

en el partido socialista:

en sus mujeres y hombres,

en sus hembras y varones,

en Venezuela no piense,

piense en la gente joven

que ahora se asoma a un futuro

y piense en esos mayores

que recibirán los frutos

y en los que ni están ni se han ido

en los que son aún sin estar,

como pagando pensión por habitar

el civilizado olvido -¿Es de Sabina, esto? ¿O es mío?-

No basta con no olvidar

hace falta recordar

pasar por el corazón y la memoria

a los que segó la guerra

y agostó la desmemoria

Hacerles un homenaje y todo eso,

¡Pongamos unas medallas!

¡Quítenselas a Billy el Niño!

Escribano, deje eso,

escriba un pregón de Fallas,

que mi mujer quiere vestirse de fallera y visitar a la Oltra.

Escriba un prego festivo,

lozano, desenfadado,

y sobre todo cristiano.


Aparece un mameluco hípster.


¡Presidente, un cable urgente!


Pedro Sánchez, circunspecto

inspecciona la misiva

¡Es de la OMS! ¡Qué querrán estos!


ACTO QUINTO

Donde Pedro Sánchez se enfrenta con la Pandemia.


Madre mía, qué movida.

Maldito coronavirus

que ha venido a retratarme.

Siendo yo viralizable

por mi porte y fotogenia

debería haber previsto

semejante contingencia.

¡Pues no estaba preparado!

Y el Preparado tampoco,

pero dejemos el tema,

que no se entere Hacienda.

Somos todos menos él,

pero qué se le va a hacer.

¿Será posible este virus?

¿No pudo caer en Mariano?

A lo mejor le cayó y calló la boca,

él, tan gallego y Silente

no le dijo nada a nadie,

por eso porta un cayado cuando anda por la calle.

Vaya prisa. En chándal y sin mascarilla.


A lo que vamos, ¿Cuántos muertos eran hoy?

¿Y en Australia? ¿Solo?

¿Cuántos en Nueva Zelanda?

¿Y en Damasco?

¿Y en el barrio Salamanca?

Me tengo que ir a Bruselas,

se lo dejo en buenas manos.

Repámpanos menudo stress,

tráiganme a un mago

él sabrá lo que hay que hacer.


Entra el doctor Simón.


¿Cómo están ustedes?

¡Bieeeeeeeeeeeeennnnn!

¿Cómo están ustedes?

¡Bieeeeeeeeeeeeennnnn!


Hola don Pedrito.

Hola don Simón.

¿Pasó usted ya por La Paz?

Por La Paz yo ya pasé

¿Tenían EPIS?

Ni a Epi ni a Blas vi.

Adiós don Pedrito

Adiós don Simón.


Esperemos que no dure,

muera sola la pandemia,

porque este es tan flacucho

como Eldepelolacio

y no creo que duren mucho.

Y a mí las tareas robustas

siendo solo me disgustan

A mí lo que más me gusta

es que sea como en Netflix,

un agobio controlao

y algún socio socialista

que se le note implicao,

o alguna socia.

Yo es que soy el Secretario,

general, mas secretario,

y tengo que delegar.

¡Que nombren más delegaos!

¡Más flacuchos!

Más flacuchos, delegaos, muchos.


Me voy para la Eurocámara

de las loras y los lores

a ver si me saca alguien

la sonrisa latin-lover.

Me tumbo a la presidenta de Alemania,

¡Ángela, por España!

Me dejo con el de Holanda,

y al de Italia le masajeo la espalda.

Yo soy como mi gobierno,

mi gobierno es como España

y España es como los europeos

con más virus y sin camas.

Comparto cama con ellos

y les toso entre las sábanas

y si no les saco un pacto

les contagio por lo menos.

¡Ángela! ¡Piensa en Mallorca!

Hay que pagar esos sueldos.


Poco a poco Pedro Sánchez se incorpora.

Se tropieza con Marlaska

que está durmiendo en el suelo

abrazado a una modelo

y se da con el Duque del Espacio en el pasillo.

¿Qué ha pasado, Pedro?

Y dice el Duque:

Casado se ha dado un Houston, Pedro,

you won, we won ¡Ganemos!


Gané

porque resistí,

resistiré la resaca

se dice Sánchez a sí.

¡Escribano, escribe esto!


Y así es que lo escribí.


Y colorín colorado

también, se termina el cuento.


Por lo menos de momento.



*Soleá, Manuel Machado

Te sentirás solo


Estás empezando a leer esto.

Cuando lo leas te gustará.

Te dirás “qué bien dicho”, “qué gran verdad”,

pensarás que soy

un poeta:


Qué cabrón, cómo ha visto el sentido

de la situación, qué fino. Con un trazo ha captado

la realidad.”


En ese momento buscarás a alguien que creas

que también al leer esto podría pensar lo mismo.

Cogerás al primero que pase y le dirás, “mira,

lee esto, detén tu vida, te merece la pena”.


Y te quedarás expectante ante la otra persona

mirando a sus ojos mirar estas líneas.

Tratando de saber qué pasa

por su cabeza. Como yo


me quedo ahora.


Te parecerá eterno el tiempo que durará su lectura.

Repasarás el texto sobre su hombro dos veces.

Reunirás argumentos para contrarrestar una absurda

opinión negativa. Empezarás a odiarle justo antes

de que por fin termine. Cuando levantará los ojos y sonreirá

desconcertado, cómo diciendo “¿qué?” o algo

parecido. Y en ese momento te dirá: “mola,

no lo entiendo del todo, está bien, un poco

raro.”

Y te sentirás solo. Como yo


me siento ahora.

diamante o párpado

Acaso  el preciosismo  en la poesía   dependa  de la joya en la mirada: si es un diamante o un párpado,  es decir, si multiplica u opaca. Te...