Ah, lector


A veces no basta con la atmósfera, hay que leer otras historias.
Huir de aquí por las ventanas del papel y respirar otros alientos.
Vidas nacidas anaerobias dejan de serlo para librarnos boca a boca.

¡Ah, lector!
Submarinista ebrio de mar,
óptica branquia,
filtro de letras que desleídas de los fondos
de sedimento hallas.
¡Emerge allá,
sal de la página
ya para siempre otro!

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