Domingo, 10 a.m.
Desperté en mi cama
y había una chica durmiendo
junto a mí. No roncaba
casi,
era como un coche oficial estacionado.
Y hasta desnuda era elegante.
Coño, ayer...
Me hice el dormido,
todavía no me había venido tu nombre a la memoria.
Pero la luz sin cortapisas de mi ventana se estaba portando realmente mal,
como un niño acusica, y aquello era una farsa insostenible.
Se giró, la chica, y al mirarme me dijiste
"Buenos días, no sabía dónde estaba"
y ese empleo tan dulce del pasado me indultó
de prosaicas fechorías.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
diamante o párpado
Acaso el preciosismo en la poesía dependa de la joya en la mirada: si es un diamante o un párpado, es decir, si multiplica u opaca. Te...
-
Entre tantas conjeturas, llaman la atención las que provocan emociones. Amor, tristeza, alegría, etc. Más que la luz que rebota por todas pa...
-
Por favor, si desea obtener poesía de este poema continúe leyendo. Continúe leyendo por este poema. Continúe leyendo por est...
Lo del coche oficial estacionado es simplemente brutal.
ResponderEliminarla luz es una chivata o_Ô
ResponderEliminarLa luz no es ninguna chivata. Es la pura ( y porqué no, muchas veces cruda) realidad.Sólo hay que saber escoger.
ResponderEliminar