somos mundo
Si dios existe, lo que ha hecho
es darnos la impresión de propiedad
sobre los acantilados,
el poder único de creer que el mundo es nuestro.
Y ni siquiera es alquilado.
Porque nosotros somos mundo
como los animales, como los árboles,
como las rocas que reciben el oleaje.
De entre todos los objetos
presumimos, sin saberlo, solo de ser
los más casuales.
pringaos!
Novios de ojos cerrados
que esperan besos.
Niños
jugando al escondite.
Parpadeos.
La realidad dice que es hora de hacer ruido.
Nadie va a quedarse remoloneando
ni un minuto más.
Son nuestros problemas los que nos agitan.
No tenemos mantas
ni colchón
ni suelo
ni nadie en el piso de abajo
para parar la caída.
dentro
dentro de mi cráneo
cabe en una jarra
vulgar
de agua.
Afuera, el infinito finge,
como si la nada
fuera.
Escucho, miro;
qué soledad cuando consigo hacerlo bien.
y qué?...,
susurra el mundo.
¿Y qué?, pregunto, como un eco
que no es eco. Ni siquiera,
porque
ni yo
me recordaré.
o
¿quién
ha dicho
mis últimas palabras?
y
¿para qué?
La noche de la mujer trabajadora
Entra en la cocina
sujeta el grifo
mira a otro lado.
Habla de algo distinto mientras lo aprieta.
Yo sigo con mi vista su mirada por la ventana abierta.
Qué importa, la ventana.
Con expresión distraida,
como si hubiera hecho esto mil veces hoy,
abre la llave, que estalla empapándola.
No dice nada.
Se seca lentamente, sin apartar sus ojos de los míos.
Me ofrece un chicle.
Se va
por donde vino, hay más
averías.
Cualquier día de estos
portada de la edición impresa de El País de hoy, que no menciona la manifestación contra la reforma laboral. La portada de las páginas especiales sobre Madrid está dedicada a la sequía
Se acerca el día
después de protestar en interiores sin testigos,
después de bautizarnos en credos fatalistas,
después de arrinconarse como polvo incómodo
la palabra
hasta que no se oye
ni ve su procedencia,
está llegando el día,
después de no decir
ni "esta boca es mía" y masticar la frase
hasta volverla bolo alimenticio,
ya viene el día en que digamos,
habiéndolo pensado con naturalidad
"ni esta boca es mía"
y al día siguiente
"esta boca no es mía",
y que empecemos a hablar de lado y para atrás
y nos encaminemos por nuestros pies y manos al desastre
y nadie pueda luego protestar por algo
que nadie ha hecho,
que nadie ha dicho,
porque lo habremos dicho y hecho todos
desde ese día
que no dijimos
lo que al final, de no decirlo,
dejamos de pensar.
O ya ha llegado.
O llega cada día.
Quick Response
En el código QR de mi blog podía verse al mismo tiempo el rostro de Jesucristo sobre la Sábana Santa, una máscara funeraria carolingia, el reflejo de Aladino en una lámpara y la blanca cicatriz del obsesionado Ahab. En su centro había una cruz bizantina y en la esquina sin cuadrado, olvidada de su dueña, una arpa. Sí, así, en femenino. Al mirar en él más lejos aparecían dos líneas confluyendo hacia un Aleph. Y miré por él mil veces y mil veces vi lo mismo: un lugar ausente de sustancia, de sonidos y de vida. El silencio, del que nace nuevo todo cuando todo se termina.
poesía ERE´s tú
Un poeta entra en un bar
pide una cerveza
la paga la bebe y se va.
Y nadie lo sabe.
Nadie.
Solo la cerveza quiso hacerse cargo
de su escalofrío.
en Manhattan
En Manhattan
la luz barre las avenidas
y olvida sombras trapezoidales ocultas
tras las esquinas de las calles
Sombras que alimentan esplendores
luz aérea / asfalto
cristal / herrumbre
Miles de ascensores como burbujas
ventanas iridiscentes /
gasolina
Espuma de una fermentación nauseabunda
brilla única e iguala
noche /
penumbra
El espejo de hoy no te mira.
El espejo de hoy no te mira.
Ayer sí, a estas horas.
Afeitabas tu cara cuadrada de héroe.
Impecable, la imagen
casi sonreía.
Son ya quince años en tu cuerpo,
quince años que han hecho
de ese cuerpo el tuyo.
Y tu cuerpo no es tuyo,
el tuyo es suyo,
perteneces al cuerpo de la policía.
Y el espejo de hoy no te mira.
No recuerdas muy bien lo de ayer,
no eras ojos
que vieran de frente,
lo que has visto en la tele es basura
de los periodistas,
porque no fue así,
tú estabas allí
y ellos no.
Aunque tú no eras tú,
eras su,
porque tú perteneces al cuerpo,
y hoy por eso el espejo, quizá,
no te mira.
No recuerdas muy bien lo de ayer
porque no eres memoria
de la policía,
y tampoco ayer escuchaste otra cosa que ruido,
oías gritos sin saber qué decían,
porque no eras oídos.
Y no has sido cerebro en tu vida
de la policía,
ni conoces a nadie, por cierto,
que, cerebro, cerebro,
lo que se dice cerebro
de la policía
haya sido.
Para eso ya hay otros dando órdenes:
inspectores, políticos,
tu mujer...
porque tú no eres tú,
eres su,
y
te limitas
a
o-
bedecer.
Y quizá hoy por eso elespejo
no te mira.
Fuiste piernas, ayer, ya te acuerdas,
cuando al fin te mandaron correr.
Tú corriste a todo meter,
y llegaste hasta donde
el "enemigo"
gritaba
y en dos hostias se acabaron los gritos,
pensaste,
pero no se acababan.
Y también fuiste brazo,
porque hay que reconocer
que las hostias las diste.
Y además ayer fue
facilísimo,
Porque el enemigo de ayer
esperaba,
y llegaste hasta él
y esperaba,
y gritaba,
y pensaba.
Pero tú no eras ojos, tú
no eras oídos,
tú
no eras memoria
ni cerebro, tú
no eras nada.
Eras un traje azul
impecable de héroe,
vacío.
Y hoy te afeitas como cada mañana
y no llevas el traje
todavía
y al ser su, no ser tú,
no hay imagen,
y quizá hoy por eso el espejo
no te mira.
Ayer sí, a estas horas.
Afeitabas tu cara cuadrada de héroe.
Impecable, la imagen
casi sonreía.
Son ya quince años en tu cuerpo,
quince años que han hecho
de ese cuerpo el tuyo.
Y tu cuerpo no es tuyo,
el tuyo es suyo,
perteneces al cuerpo de la policía.
Y el espejo de hoy no te mira.
No recuerdas muy bien lo de ayer,
no eras ojos
que vieran de frente,
lo que has visto en la tele es basura
de los periodistas,
porque no fue así,
tú estabas allí
y ellos no.
Aunque tú no eras tú,
eras su,
porque tú perteneces al cuerpo,
y hoy por eso el espejo, quizá,
no te mira.
No recuerdas muy bien lo de ayer
porque no eres memoria
de la policía,
y tampoco ayer escuchaste otra cosa que ruido,
oías gritos sin saber qué decían,
porque no eras oídos.
Y no has sido cerebro en tu vida
de la policía,
ni conoces a nadie, por cierto,
que, cerebro, cerebro,
lo que se dice cerebro
de la policía
haya sido.
Para eso ya hay otros dando órdenes:
inspectores, políticos,
tu mujer...
porque tú no eres tú,
eres su,
y
te limitas
a
o-
bedecer.
Y quizá hoy por eso elespejo
no te mira.
Fuiste piernas, ayer, ya te acuerdas,
cuando al fin te mandaron correr.
Tú corriste a todo meter,
y llegaste hasta donde
el "enemigo"
gritaba
y en dos hostias se acabaron los gritos,
pensaste,
pero no se acababan.
Y también fuiste brazo,
porque hay que reconocer
que las hostias las diste.
Y además ayer fue
facilísimo,
Porque el enemigo de ayer
esperaba,
y llegaste hasta él
y esperaba,
y gritaba,
y pensaba.
Pero tú no eras ojos, tú
no eras oídos,
tú
no eras memoria
ni cerebro, tú
no eras nada.
Eras un traje azul
impecable de héroe,
vacío.
Y hoy te afeitas como cada mañana
y no llevas el traje
todavía
y al ser su, no ser tú,
no hay imagen,
y quizá hoy por eso el espejo
no te mira.
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