Bloggerosión.

...y todo lo borra la ceniza estúpida del viento de la palabra
que borra otra palabra quedando solo el aire,
quedando solo el viento.

L. M. Panero, Gólem


Hay algo en vivir como de suicidio cotidiano,
como de combustible, como de martillazo
creador sobre un trozo perfecto de mármol.
O vivir es sólo eso.
Y cada palabra que sale de nosotros
nunca volverá, así se esculpa en la roca más dura.
Y yo a diario me pregunto
qué diferencia hay entre un segundo
y la eternidad excepto un solo segundo suyo,
ya que siempre hay otra palabra para lo mismo,
como el tiempo pasa siempre por los mismos sitios.

Resurrección.

Con una batea, en mi sangre
encontré mi corazón.
Una pepita gigante de dolor
ensangrentado, negro,
exánime, valioso.
Lo alcé en mis manos
y al sol arterial de la mañana
tras un interrogante eterno
-la sangre rezumando hacia mis brazos- al fin,
latió.

Momento simple.


La carta que leí ayer
me entró por el corazón
y me salió por los ojos.

Fue un arado de papel
que surcó todo mi amor
sembrándolo de sollozos.

Ya nunca volveré a ser.
Este de hoy no soy yo,
soy la mitad de nosotros.

Asturias I



Asturias es el paraíso natural.
Los niños que vayan a jugar al parque
del Retiro los domingos.
Arrecian los turistas,
los políticos,
hay sitio horizontal.
Mientras, en Madrid,
ni las torres más altas tienen vistas
a la mar. Pero es igual,
aquí se viene a trabajar.
Y los viernes, harto ya de remontar el río,
el futuro hace la compra, limpia,
sale a cenar con los amigos.

Lamento

Me has dejado,
(con el corazón roto,
con el dolor roto, con la voz
rota), con la palabra [rota]
en la boca.

Como un hueso roto el corazón
disecado, como han quedado mis ojos.
Cómo han quedado mis ojos
de llorar.

Tengo toda la piel seca,
la boca seca, el dolor, la voz,
las palabras hermosas como flores
secas...

sólo algo de humedad
y en las ramblas de las lágrimas;
humedad sin compasión,
que se seca y seca más
pues trae sal, y deja atrás ojos sosos.

Cómo te odio y te amo y te quiero y te comprendo.
Cómo quisiera ser otro.

Cómo te amo y te odio y
te comprendo y te quiero;
¡cómo,
cómo te quiero!
Cómo te odio y te odio y
te odio y te odio;
cómo,
cómo te amo y

te amo.

¡Ay!

Cómo quisiera ser otro.

a tu lado

Te veo y sufro mucho.
Yo no sé lo que me pasa,
pero me entra mucha hambre de tu cuerpo y mucha sed
de tus besos.
Y me duele la barriga,
y tengo frío en la espalda
y en las piernas...

y al respirar,
cada vez que expulso el aire
parece que me vacío:
se me va el alma por las narices
y venga a apretar el diafragma.

Yo sufro mucho;
siento correr la sangre por cada sitio...

lo paso mal al lado tuyo,
pero te vas
y no disfruto de nada.
Siempre pensando
en lo mal que lo pasaba.

Del amor y de otras inquietudes


Del amor y de otras inquietudes

tratan las líneas

que escribo cuando ni estoy trabajando

ni tocándome las narices.

Pero ahora no hay amor,

parece que lo esquivo,

y parece que no hay otras inquietudes

que me den materia alineable.

Todo son putos poemas

autoalusivos.

diamante o párpado

Acaso  el preciosismo  en la poesía   dependa  de la joya en la mirada: si es un diamante o un párpado,  es decir, si multiplica u opaca. Te...