
Este blog
es el cajón de mi escritorio
abierto
como por descuido.
Lo que no significa que no debas sonrojarte si te pillo
con tus mudas manos dentro,
o que puedas enmendar tú
ni un solo verso,
o que yo me haga responsable
de una sola palabra, ni ninguna
tenga derecho a considerarse
última, definitiva.
Como las que se esparcen por la vida.
Como cada le odio, como cada te quiero,
como cada te veré pronto,
vete a la mierda,
te llamo luego.
Puede que solo
se pueda comparar
cada poema del blog
con cuando te dan un beso, una caricia,
la hora, una ostia
imprevista...
Ojalá os pilléis los dedos.