
Ni ahíto ni embriagado,
dejo de leer.
Como dos enamorados interrumpiendo un beso.
Pues la felicidad no existe si no es
yendo o viniendo.
Acaso el preciosismo en la poesía dependa de la joya en la mirada: si es un diamante o un párpado, es decir, si multiplica u opaca. Te...
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