Lo que de verdad importa.
Aprovecho el gel de baño
aun cuando su boca exhala tan solo suspiros aromáticos.
El tubo de pasta de dientes
lo aprieto hasta que desaparece.
Hay pan duro en mi casa
como traído de la Luna por Neil Armstrong.
Conduzco kilos de lentejas a su holocausto
consolándolas con una simple punta de tocino.
(Decenas de yoes aguardan su rancho de hoy
en quince días con castrense disciplina).
Escribo en las cartas que me llegan del banco.
No sé cuánto les debo, los números siempre están
boca abajo.
Y luego salgo y desayuno
zumo de naranja.
Y luego salgo y bebo
vino de La Rioja.
Y luego me encuentro a un amigo
y le invito a una Mahou,
y a otra,
y a otra...
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No sé si los patos parpadean. Yo parpadeo, tú parpadeas, él parpadea, pero no sé si los patos parpadean. Parpan seguro, los he oído, pero no...
Yo te invito a otra.
ResponderEliminarTú sí que sabes de qué va la vida!
ResponderEliminarUn abrazo, Pablo.