Competencias.



Hay alguien en mi pecho
latiendo a destiempo pero poco,
como eco interno ilógico latiendo
del corazón, que al no latir ya solo, late loco.
El corazón latente es obstinado
y no altera su ritmo de latido,
que es albur rítmico, un ritmo fijo,
pero uniformemente acelerado.
Y el otro corazón, el sólo mío,
lo trata de seguir, y yo sospecho
que es para no discutir consigo mismo.
Debe creer, por la proximidad del otro,
que su latir es un instinto, una opinión, un pálpito,
un soplo propio.
Harto el cerebro, a cada rato le corrige,
le marca el paso,
lo acompasa porque sabe que ese alguien eres tú,
que tú impulsas hoy mi sangre más que yo.
Pero, calculador, al corazón no se lo dice
porque tú y yo solemos ser dos ruidos raros
y nuestro ritmo combinado es insufrible.
Se acabará enterando el corazón
y se tendrá que hacer lo que él decida,
si se factura en sangre lo que sea, amor, oxígeno,
le corresponde a él la traslación de las valijas.

2 comentarios:

  1. Esperemos q no se fracture nunca.
    Gracias por regalarnos tus poesías.

    Saludos.

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  2. No os las regalo, os las presto. Como los libros, sin esperanza de volver a verlos.

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