Hoy es Viernes, como la chacha
de Robinsón.
Me pregunto qué habrán estado haciendo
en una isla esos dos.
Hablan de maltratadores,
pocos como el tal Crussoe.
Te llamaré Viernes.
Le impuso un nombre, una fecha,
unas obligaciones.
Qué maldición de regalo,
el calendario.
Los salvajes miran al cielo
de entre el silencio selvático
cada tarde surge un cuesco.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo es justo, tan solo le preparaba para la vida moderna.
ResponderEliminarImagínate si llega a llamarlo jueves. Por lo menos el viernes hay esperanza...
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